Quejas por los cambios de horarios del tren de la mañana: madrugar 20 minutos más y esperar en Santiago

Bea Costa
Bea Costa LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

A partir del 8 de abril, el convoy que llega a las 7.13 horas a Vilagarcía desde Vigo lo hará a las 6.53

29 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Julián, Celso, Begoña y María cogen el tren de las 7.13 horas en Vilagarcía para ir a trabajar a Santiago de lunes a viernes. Si no hay retrasos llegan a su destino a las 7.37 horas, con margen suficiente para iniciar su jornada laboral a las ocho. A partir del 8 de abril tendrán que madrugar 20 minutos más y esperar en Santiago debido al cambio de horario que ha introducido Renfe en esta línea. Lo hacen, explican desde la compañía ferroviaria, debido a las obras que Adif está realizando en la estación de Madrid Chamartín-Clara Campoamor y con el fin de facilitar la conexión de la línea atlántica con el tren que se dirige a Ourense.

«De esta forma se garantiza que los clientes de Pontevedra y Vilagarcía puedan enlazar en Santiago con el servicio Alvia procedente de Ferrol (y destino final Madrid), para llegar a Ourense», informa Renfe. Pero esta explicación no convence a todos los usuarios del tren Media Distancia 9072 que actualmente sale de Vigo Urzaiz a las 6.35 horas. «Por cuatro perjudican a cientos de personas», señala Julián, uno de los viajeros que coge el tren en Vilagarcía.

Al madrugón se suma el hecho de que tendrán que hacer tiempo en Santiago a las siete y media de la mañana, a una hora en la que no es fácil encontrar abiertas ni las cafeterías. «La única que hay es la de la estación y yo me niego», señala María.

En su caso llueve sobre mojado. A principios de año se quedó sin la posibilidad de llevar el patinete que había comprado para desplazarse desde la estación de tren a la Cidade da Cultura, donde trabaja, de modo que ahora tiene que buscarse la vida para disponer de un coche en Santiago para desplazarse al Gaiás porque el autobús urbano no le ofrece un servicio eficaz.

No es la única que se encuentra en esta situación. Su tocaya María también coge el tren en Vilagarcía y ha tenido que agenciarse un coche que deja estacionado en Santiago para acudir a su trabajo en el polígono de Costa Vella calculando que llega a Compostela a las 7.37 horas. Ahora, con el cambio de horario, se trastocan muchas agendas y ya hay quien está pensando en renunciar al tren como medio de transporte y salir directamente con el coche desde Cambados gastando combustible y peaje en caso de utilizar la autopista.

A otros ni siquiera les queda esa opción. ¿Qué pasa con las personas que no disponen de vehículo propio y tienen que coger el tren a las seis y media de la mañana en Vigo cuando todavía no empezó a funcionar el autobús urbano? «En Vilagarcía somos unos cien los que cogemos el tren, pero en Vigo y en Pontevedra son más de doscientos». El colectivo lo conforman, sobre todo, trabajadores —muchos de ellos con puesto en las oficinas y servicios de la administración— y estudiantes que se desplazan a diario a Pontevedra, Santiago y A Coruña.

«Se nos complica mucho la vida», se lamentan los afectados, de modo que hacen una llamada desesperada para que los alcaldes de las ciudades del Eje Atlántico muevan ficha y soliciten a Renfe una solución, bien sea manteniendo el horario actual o ampliando las frecuencias. «Que escuchen a la gente porque hay encuestas que dicen que la mayor parte está en contra de este cambio horario».

No son demasiado optimistas, más teniendo en cuenta que el 8 de abril está a la vuelta de la esquina, pero tampoco están dispuestos a dar la callada por respuesta de modo que, al menos, les queda el derecho a la pataleta y a denunciar las carencias del transporte público frente al discurso institucional y político que apela al uso del tren y el autobús para disminuir las emisiones contaminantes a la atmósfera y, con ello, frenar el cambio climático. «Nos obligan a coger el coche».

Según Renfe, el cambio horario en este tren de la mañana es provisional, durará hasta el mes de julio, pero los usuarios dicen que no se fían y temen que este medida llegue para quedarse. Ya hubo otros cambios enero, cuando la salida del mismo tren se adelantó diez minutos, lo que eleva a media hora el madrugón y la espera en la capital gallega. Poco a poco, la jornada fuera de casa se alarga y el día se hace más duro de llevar.

Otro problema añadido: la falta de plazas

El uso del tren se ha disparado desde la pandemia, desde que entró en vigor la gratuidad de los billetes para los trayectos de media distancia. Muchos trabajadores que antes no utilizaban este medio de transporte ahora sí lo hacen, por el ahorro y la comodidad que comporta, de modo que los trenes van llenos y no siempre es fácil encontrar una plaza disponible. Esto obliga a reservar con mucha antelación a través de la App de Renfe y no es el primero que se queda en tierra, un problema que sufren especialmente los estudiantes, que en la mayoría de los casos no tienen alternativa para acudir a la facultad. Desde Vilagarcía, el trayecto más saturado es el de Santiago. A partir de ahí, encontrar asiento para viajar a A Coruña es más sencillo.