Una carnicera de Ribeira, víctima del fraude del cambio: «Fue como un truco de magia»

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

La supuesta compradora pagó con un billete de 200 una compra de 13,80 euros, después devolvió los productos y escondió en la mano 50 euros de la vuelta

23 abr 2024 . Actualizado a las 08:15 h.

Como si de un juego de trileros se tratase, a la carnicera de Ribeira Juana Gómez le estafaron 50 euros ante sus ojos con el clásico fraude del cambio: «Fue como un truco de magia».

Ocurrió el pasado viernes por la tarde en el puesto que regenta en la plaza de abastos ribeirense. Una mujer con acento extranjero le pidió primero unas hamburguesas y cuando la carnicera le dijo que eran 9 euros le indicó que le pusiera también unas pechugas de pollo. El montante ascendía a 13,80. La supuesta clienta pagó con un billete de 200 euros y, una vez recibió el cambio, señaló a la vendedora que retirara el pollo: «Me replicó que le parecía caro, que está más barato en el supermercado». Acto seguido, con el dinero de la vuelta en la mano, dice que tampoco quiere las hamburguesas.

Juana Gómez saca de la caja los 200 euros y los coloca en la parte interior del mostrador para contar el dinero de la devolución que la supuesta estafadora tiene en la mano. Todo está correcto, las monedas, un billete de 5 euros, otro de 10, un tercero de 20 y tres de 50: «Lo cogí y lo metí en el bolsillo del mandilón, no me di cuenta de que faltaban 50 euros hasta que abrí la caja para colocarlos. Salí corriendo, pero no había ni rastro de ella. Puede que la estuvieran esperando en un coche».

Las cámaras

Intrigada sobre cómo lo había hecho, revisó las imágenes de las cámaras que tiene en la tienda: «Examinando con detenimiento observé que al mismo tiempo que me da el dinero saca uno de los billetes de 50 y lo esconde en la mano izquierda, pero lo hace con tanta destreza que a simple vista no lo aprecias. Desde luego, no es la primera vez que lo hace».

Juana Gómez presentó una denuncia en la comisaría de la Policía Nacional y confía en que pueda identificarse a la mujer. Intrigada e impotente por haber estado delante de la timadora sin apreciar el engaño, confiesa que intentó hacer lo mismo en su casa: «No fui capaz, ni siquiera con las dos manos».

Reconoce que sintió impotencia y rabia porque en ningún momento desconfió: «He oído hablar del timo del cambio en muchas ocasiones, pero no sospeché nada porque hasta ahora nunca me había ocurrido algo así».

Juana Gómez apunta que tampoco el hecho de que la supuesta clienta le pagara una compra tan pequeña con un billete de 200 euros le hizo desconfiar. Ahora, no cabe duda, estará mucho más atenta. Además, señala que «era una persona a la que no había visto nunca».