Alimentos de kilómetro cero para enfriar el planeta

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BIODIVERSA GALICIA

FrancescaCirilli | EFE

La elección de productos locales reduce la huella de carbono y además contribuye a la sostenibilidad económica de los pueblos apoyando el relevo generacional en el campo, como promulga la PAC

11 jul 2022 . Actualizado a las 11:57 h.

Puede parecer un pequeño gesto, pero en realidad es mucho más grande de lo que pudiera parecer. Elegir productos de kilómetro cero, aquellos que se producen en el entorno cercano, es una forma de cuidar el medio ambiente como promulga la política agraria común (PAC) y también es un medio de contribuir a la sostenibilidad económica de los pueblos y, de esa forma, apoyar el relevo generacional en el campo, otro de los grandes objetivos de esa política europea y de estrategias como De la granja a la mesa

El hecho de comprar estos días, por ejemplo, unos tomates de temporada ayuda a enfriar el planeta. ¿Por qué? Porque no es necesario recorrer kilómetros y kilómetros para traer esa fruta de la huerta hasta la tienda. Y lo mismo ocurre a la hora de elegir entre unos kiwis de Nueva Zelanda o unos cultivados en el Baixo Miño. Porque los primeros han de llegar a España desde las antípodas, con la consiguiente generación de gases de efecto invernadero que eso conlleva; mientras que el viaje que han de realizar los segundos es mucho más corto.

El consumo de alimentos de kilómetro cero es una tendencia que empezó a popularizarse en los Estados Unidos durante la década de los setenta. Pero el movimiento tardó en llegar a Europa. Lo hizo de la mano del Carlo Pietrini, que en 1986 fundó el movimiento Slow Food en contraposición a la comida rápida o Fast Food. Lo que se fomenta esta tendencia es el consumo de frutas, verduras, ternera, pollo... de productores locales ubicados a menos de 100 kilómetros del punto de venta. Aunque llegó tarde a Europa, parece que en los últimos años son cada vez más los que se apuntan a ella. Un estudio de la consultora Kantar, por ejemplo, explica que un 74 % de los consumidores prefieren productos locales a importados. Además estos están cada vez más presentes en comedores escolares o de empresa, como es el caso de la multinacional Inditex, una gran defensora de este tipo de productos.  

Una publicación de la Universidad de Harvard contaba ya en el 2017 que transportar en avión una tonelada de alimentos emite 70 veces más dióxido de carbono que transportar ese mismo peso en un barco mercante. «Eso significa que un producto que vuela desde Chicago a Boston tiene una huella de carbono significativamente mayor que uno enviado a 11.000 millas desde Asia a California», explica este artículo. Pero quizá más que esa conciencia medioambiental, lo que más pesa entre los consumidores a la hora de elegir estos alimentos es que sean producidos por pequeños agricultores  y ganaderos locales pegados al territorio.