Luis Espiñeira: «Lo primero que hago en un restaurante es darle la vuelta al plato»

Por Pablo Portabales

ARTEIXO

ANGEL MANSO

Apasionado de los viajes y los buenos restaurantes, el propietario de Pratos Rotos, un referente en el sector del suministro a hostelería, cumple 45 años en activo con seis personas en nómina

14 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

De cubertería, vajilla y cristalería lo sabe todo. «Lo primero que hago en un restaurante es darle la vuelta al plato. Siempre, a no ser que ya sepa de qué marca es. También me fijo en los cubiertos, las copas... Les presto más atención que a la comida en sí, es deformación profesional», confiesa Luis Ángel Espiñeira Ruiz, propietario de la empresa Pratos Rotos, de Arteixo, un referente en el sector del suministro a hostelería que da empleo a seis personas y en la que también trabaja su hija Andrea. «Llama la atención que desde esta esquina trabajemos las mejores marcas y estemos presentes en las ferias más importantes. Nos especializamos en alta gama, pero tenemos producto para todo tipo de profesionales. Vendemos copas desde 1,50 hasta 47 euros. La gente cada vez sabe más de vinos y hay restaurantes que nos piden este tipo de copas, que son una maravilla. No duran toda la vida, al igual que los platos o las sartenes, pero si no se rompen, vamos mal», comenta sonriente. Charlamos en el mítico local Yates, en Matogrande. Son las cinco y media de la tarde del caluroso jueves y el ambiente es como si no hubiese un mañana. Aquí Luis vende muchas copas que después se encarga de rellenar Pablo, el propietario del local. 

Vasos de tubo

Se hartó de vender vasos de tubo, hoy casi en desuso. «Había discotecas que gastaban 5.000 en un fin de semana. Recuerdo subir cargado de mercancía las escaleras de Pirámide. Eran otros tiempos y ahora todo ha cambiado. Recorrí toda A Coruña con un carretillo, repartiendo mercancía a hostelería», recuerda. Me enseña fotos de la celebración de su 60.º cumpleaños en La Picotería de O Burgo, hace unos días. «Me encanta mi trabajo y tengo intención de seguir. Hice una inversión grande para poder tener una tienda-exposición de 600 metros cuadrados y un almacén de 1.000. Dedicada a la hostelería, no hay una más grande», comenta este hombre afable que empezó a trabajar con 14 años. Era el segundo de seis hermanos y a su padre lo operaron de un tumor cerebral y se quedó inválido. Cambió la escuela en la que estaba en Arteixo por la escuela de la vida. «Pedí mi vida laboral y salen 45 años trabajados porque no cuentan el año que estuve en la mili», apunta. Tuvo la fortuna de entrar como chaval de los recados en Torres & Sáez, su otra escuela. «Además de recorrer toda la ciudad con el carretillo fui creciendo en la empresa y llegué a ser responsable del departamento de hostelería, que se llamaba Cocina y Mesa. Después me marché y monté con un socio Cocin Arte, que duró diez años. Y ahora cumplo la primera década con Pratos Rotos», resume. Toda una vida de trabajo, pero, es curioso, siempre en el mismo sector. «El secreto está en el servicio. No somos mejores ni peores que nadie, pero atendemos lo mejor posible las necesidades de nuestros clientes. Yo soy el mayor de un equipo que de media tiene 30 años. Son gente formada en casa, como empecé yo», afirma. 

El grupo Fartaina

Le apasiona trabajar, viajar y visitar buenos restaurantes. Se le ilumina la cara cuando habla de su peña de amigos, Fartaina, que como su nombre indica es un grupo que nunca se levanta con hambre de una mesa. «En la tienda tenemos todo el menaje necesario para una cocina. Cada vez vienen más hombres, cocinillas que buscan un producto específico o que solo llegan para curiosear. Lo importante es que vengan», asegura Luis, que también suministra platos, copas y cubiertos a colegios, hospitales o empresas. Antes de la despedida hablamos de cacerolas, ollas y sartenes. «La única manera de que una sartén no se pegue es no rayarla. No existe una que dure toda la vida. Hay que utilizar piezas de madera o silicona cuando se trabaja con ellas, y es mejor lavarlas a mano», aconseja este experto de 60 años con la ilusión de un niño.