La automoción logra beneficios récord tras recibir ayudas públicas millonarias

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

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REMO CASILLI | REUTERS

Los gigantes del sector se repartieron más de 84.000 millones a fondo perdido

24 mar 2024 . Actualizado a las 13:00 h.

La industria del automóvil está pasando por la mayor transformación de su historia: la reconversión hacia al coche eléctrico y sus derivados, por mandato político, más que por decisión propia.

Es un momento de transición, de incertidumbre tal vez, pero no de crisis. Al menos eso es lo que se desprende de los resultados que han presentado en este primer trimestre los gigantes del motor correspondientes al 2023, un año en el que los beneficios que lograron los mayores constructores de automóviles fueron más altos que nunca, con resultados récords en muchos casos.

Véase Toyota, que se afianza como la mayor automovilística en beneficios —27.800 millones—, y ventas en el mundo, que suma 14 años liderando el mercado. El segundo puesto del ránking de las mayores ganancias la ocupa Stellantis (Peugeot, Citroën, Opel, Fiat y Jeep), con una treintena de centros de producción, entre ellos el de Vigo, que el pasado mes de febrero dio cuenta de un beneficio récord de 18.625 millones de euros, un 11 % más que en 2022. Y en tercera posición está Volkswagen, que ha declarado unas ganancias de 16.013 millones de euros en el 2023, con un incremento del 7,6 %.

Unos más que otros, todos los fabricantes han crecido en facturación y también en volumen de unidades vendidas, aunque sin mucha fiesta, porque los datos del mercado no son los esperados por la baja demanda del vehículo eléctrico.

La clave está en los márgenes

Preguntado el sector sobre estos voluminosos resultados un tanto desacompasados con el mercado, su análisis aporta tres claves para entender cómo se consigue que ventas modestas se trasladen a más beneficios: «La clave principal está en los márgenes, que se consiguen con buenas políticas de contención del gasto», explican fuentes de la automoción gallega, que apuntan como segundo factor la subida de precio de los coches en el 2023 (ya venía del ejercicio anterior), por el incremento del coste de los materiales y también por la creciente —aunque insuficiente— demanda de vehículos eléctricos, que de por sí y son caros. Y la tercera clave está en los generosos planes de ayudas al automóvil puestos en marcha por parte de diferentes gobiernos de todo el mundo, aunque desde el sector aclaran que «son subvenciones para la inversión, porque estamos obligados a hacer un gran esfuerzo para adaptar nuestras instalaciones a las nuevas exigencias de producción del vehículo eléctrico».

Ponen como ejemplo, los fondos europeos que el Gobierno español está asignando a través del PERTE del vehículo eléctrico y conectado, que en sucesivas convocatorias, entre ayudas directas y créditos, superará los 5.000 millones de euros, que van a cargo del programa Next Generation para impulsar la recuperación económica después de la pandemia.

Parece una suma considerable, pero España no es de los países más generosos en subvenciones al motor. Los planes de ayudas al automóvil puestos en marcha desde el final de la pandemia por parte de diferentes gobiernos de todo el mundo suman un importe de 84.000 millones de euros, según un informe de Deloitte.

El gobierno que ha destinado más dinero a su industria automovilística es el de Estados Unidos, con 40.640 millones de euros, seguido del de Francia, con 8.592 millones, y de Alemania con 6.960 millones, mientras que España se sitúa en cuarta posición. Del importe total comprometido por los gobiernos para la industria de automoción, 35.000 millones de euros corresponden a planes de reconversión industrial hacia la electromovilidad.

Sueldos millonarios

Mientras tanto, los voluminosos beneficios permiten que los altos ejecutivos se suban el sueldo hasta cifras nunca vistas: Carlos Tavares, al frente de Stellantis, obtuvo un salario en el 2023 de 36,49 millones de euros, lo que supone un incremento del 56 % respecto al mismo año anterior.

Es el segundo ejecutivo del automóvil mejor pagado, por detrás de Elon Musk, fundador de Tesla, con más de 56.000 millones. Le sigue Mary Barra en General Motors, que en el 2022 percibió 26,8 millones de euros.