Ferrol, ante los retos del futuro

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro CAFÉ SOLO

FERROL CIUDAD

Ramón Loureiro

07 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

No sé por dónde irán a estas horas don Melchor, don Gaspar y don Baltasar en su viaje de regreso a Oriente. Y me pregunto, por cierto, qué impresión les habrán causado este año, aquí, donde Europa comienza, Ferrolterra, el Ortegal y el Eume. Ya me gustaría saber qué opinión tendrán ahora, los Reyes Magos, del extremo occidental de esta Galicia do Norte nuestra. De una Galicia do Norte que es toda ella una Última Bretaña (¿acaso no guarda aún dentro de sí, este finisterre, la memoria y el legado de aquellos celtas britanos que entre los siglos V y VI, siguiendo a obispos como Mailoc, trajeron hasta estas costas, huyendo de la persecución a la que los sometían los sajones en las Islas Británicas, el mensaje de que en la mirada de los vencidos está el rostro de Dios...?). Un territorio cuyo envés, bajo las estrellas que señalan los Caminos de Santiago, en verdad es, al mismo tiempo, el Lejano Reino de la Vía Láctea.

Particularmente —y discúlpenme la confidencia, porque la mía no pasa de ser una mera opinión personal—, yo creo que este será un buen año para Ferrolterra, para el Ortegal y para el Eume. Porque hay luces que ya se iluminan en el horizonte. Ahí están proyectos como los del sector naval, como los del ámbito de lo eólico; y, en general, como los de todo lo relacionado con las energías renovables.

Pero, de todas formas, a mí me parece que este norte gallego nuestro no debería renunciar, en ningún caso, a exigir todo lo que se le debe. La Galicia que da a dos mares —al Atlántico y al Cantábrico— lleva mucho tiempo viéndose postergada en ámbitos como el de las comunicaciones, que son indispensables para sustentar en crecimiento económico verdaderamente sólido. ¿Les parece a ustedes justo, y esto es solo un ejemplo, que Ferrol esté tan mal comunicado por ferrocarril? ¿En pleno siglo XXI...?

Dejemos a un lado los tópicos. Porque Ferrol, en gran medida, «nació de sus brazos». Es hijo del esfuerzo de mucha, de muchísima gente, y se ha ganado el derecho al futuro. A ese futuro que tantas veces se le ha cercenado. Y cuando hablo de Ferrol —entiéndanme ustedes— no me estoy refiriendo solo al municipio ferrolano, sino a todo lo que Ferrol es y representa. Es más: sigo estando convencido de que Ferrol no puede renunciar a liderar esta Galicia do Norte que necesita, más que nunca, creatividad, determinación y consenso. Ahora es el momento.