De cabrio francés a camioneta ferrolana

Por Óscar Ayerra

FERROL CIUDAD

Ayerra

Esta unidad nació en París en 1926 al abrigo de una de las marcas más fiables del momento, Dion Bouton. Su carrocería descapotable sufrió, durante la posguerra española, una transformación que la convirtió en una herramienta de trabajo muy singular.

21 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Desgastado y oxidado, así se encontró en el 2020 este superviviente de casi cien años de vida cuando la Fundación Jorge Jove decide afrontar el reto de su restauración. Abuelo de abuelos, este vehículo francés había nacido para la alta burguesía, pero hacía mucho tiempo que ya no cumplía esa función. Su carrocería, ya desaparecida por el paso del tiempo, dejaba entrever varias partes de su esqueleto. Suspensión, transmisión, y chasis yacían bajo una gran capa de óxido. Con una imagen más bien de pollo sin cabeza, todavía albergaba el propulsor casi completo, donde el radiador desvelaba la firma de su fabricante. Un vehículo construido por uno de los pioneros de la automoción, cuya fiabilidad supuso un verdadero hito gracias a la utilización de tecnología innovadora ya desde finales del siglo XIX.

A LA INTEMPERIE

En el 2020 llevaba casi 50 años parado en una especie de almacén dentro de una agrupación de pequeñas construcciones en estado de ruina en la localidad de Xubia, a tan solo 8 kilómetros de Ferrol. Un conjunto que nada hacía pensar que a mediados del siglo XX había supuesto un gran centro de distribución de coloniales, cafés y bebidas en la comarca de Ferrol. Esta empresa, con la denominación Orosa, se había especializado como destilería. Sus aguardientes, licores y bebidas gaseosas alcanzaron notoriedad no solo en el área gallega, sino fuera de ella, destacando entre las más de una docena de este tipo de empresas que habían florecido en la comarca ferrolana como un gran centro industrial gallego. Pues bien, dentro de este complejo empresarial es donde este vehículo desarrolló gran parte de su labor como herramienta de reparto desde mediados de los años 50. Algunos testigos recuerdan con una sonrisa el intenso olor a café que desprendía el interior de su cabina. Su último reparto pudo haber sido hacia finales de los años 70, como recuerdan sus propietarios, cuando ya contaba con más de 50 años de vida. Posiblemente se debió a su notable deterioro, tal y como fue desvelando el trabajo de restauración, con partes y piezas que llegaron hasta la extenuación, donde las mil y una reparaciones sufridas a lo largo de su existencia, muchas de ellas poco ortodoxas, habían acelerado su jubilación. Pero no todo fue un trabajo duro, este De Dion Bouton había nacido como un verdadero vehículo de semilujo. Un descapotable de cuatro plazas para la alta sociedad del momento. Por lo menos hasta 1954, ya que, buscando en su pasado legal, un certificado expedido en dicho año aparece con la denominación de «camión». Entonces, ¿cuál fue la vida de este automóvil? y, sobre todo, ¿por qué se transformó en camioneta de reparto? Empecemos por el principio.

DE FRANCIA A GALICIA

La primera huella documental que conocemos es a través de un registro en la frontera de Irún. Un certificado expedido el 17 de junio de 1926, donde aparece la referencia de su paso. Su destino, A Coruña, concretamente al propietario de la compañía Díaz Lage situada en la avenida de Rubine 11. Casi un año más tarde, el 3 de mayo de 1927, se le adjudica la matrícula C-2177, cuyos dígitos revelaban el total de vehículos inscritos con la letra C de Coruña. Siguiendo su huella administrativa, en el registro de 1935 vuelve a aparecer pero esta vez con malas noticias, un certificado de «baja de circulación» delata que el vehículo no estaba apto para circular o posiblemente, teniendo en cuenta el contexto histórico prebélico, podría ser un truco para evitar una casi segura requisa militar. Método bastante utilizado en aquellos momentos. Tan solo dos años más tarde aparece el siguiente propietario, y en mayo de 1937 es traspasado a un tercero. Un mes después llega a manos del que sería su cuarto dueño durante los 16 años siguientes. Esta vez su ubicación sería en Neda, cerca de Ferrol. Un empresario de la madera, por lo que seguramente sea en esos años cuando se realiza su reconversión a camioneta, con una estructura en madera. No es hasta 1953 cuando se realiza el que sería el último cambio de titularidad, pasando a manos de la familia que lo mantendría en propiedad durante 67 años. Es en este período, con el empresario Andrés Orosa, cuando desarrolla su principal actividad como camioneta de reparto, hasta ser retirado de la circulación en los 70. Sin embargo, aunque en principio el automóvil fue guardado bajo techo, el inmueble que lo albergaba fue abandonado y en el 2010, el techo se desplomó, dejando al De Dion expuesto parcialmente a la intemperie hasta que fue rescatado por Ángel Jove, presidente de la Fundación Jorge Jove, en el 2020.

TESTIGO DIRECTO

Antes de afrontar una restauración de este calibre, la Fundación Jorge Jove se obligó a realizar una profunda investigación desde varios frentes, no solo del estado del vehículo, a la vista poco halagüeña, sino de su pasado histórico y por supuesto de su huella legal, que certificase una coherencia histórica. Paralelamente se realizó una labor de campo con múltiples entrevistas, recogida de datos y testimonios en primera persona de quienes hubieran tenido algún tipo de relación con el modelo en concreto. Una compleja labor que debía justificar una restauración larga, compleja y sobre todo de un gran desembolso económico. Gracias a esta labor se fue descubriendo que este singular vehículo supuso un verdadero testigo histórico dentro de un marco de expansión industrial de la comarca ferrolana a mitad del siglo XX y en concreto del núcleo urbano de Xubia. Por ello, la restauración realizada por la Fundación Jorge Jove ha centrado su esfuerzo en poner en valor su esencia como camioneta perteneciente a un devenir histórico gallego destacado, más que su formato inicial descapotable de cuatro plazas. Situando la fecha elegida para su restauración en torno a mediados de los años 60, como momento de vida del vehículo más representativo. Es decir, el equipo de restauradores de la Fundación centró el trabajo tal y como podría encontrarse en aquel momento. Destacando, a través de esta intervención, el entramado industrial de las fábricas de bebidas gaseosas y productos destilados, que durante más de 30 años supuso uno de los sectores de mayor actividad comercial de Galicia.

Durante todo el proceso de restauración se han seguido los estándares originales, además se han recreado aquellos productos que transportaba cuando todavía prestaba servicio, con el objetivo de ofrecer un reflejo auténtico de la sociedad de la época. Hoy, este vehículo excepcional se exhibe en el Museo de la Automoción e Historia MAHI ubicado en Arteixo, un centro expositivo único perteneciente a la Fundación Jorge Jove.

De Dion Bouton, el pionero

La historia de la marca está ligada a los inicios de la automoción. Todo comenzaba en 1882, con una colaboración entre dos ingenieros de talento y el conde Albert De Dion, un acaudalado empresario, aristócrata y entusiasta de todo lo que significaba innovación técnica y mecánica. A partir de 1887 se suceden las peticiones de clientes, obligando a ampliar la empresa.

En 1895 se presenta un pequeño motor de combustión que se convertirá en un paradigma de fiabilidad y suavidad gracias a la utilización de nuevos materiales como el aluminio. Su gran calidad de materiales, muy superior a la media, hizo que fuese adoptado por más de 150 fabricantes de vehículos en todo el mundo. La tan deseada fiabilidad fue fruto de la creación, gracias a la insistencia de Albert Dion, de un laboratorio para desarrollar los procesos científicos para conseguir una alta calidad en todas las aleaciones. El resultado era sorprendente, consiguiendo materiales muy superiores a la competencia en durabilidad y por tanto en fiabilidad. Marcas como Peugeot, Pierce Arrow, Opel o Harley Davidson adoptaron estos motores Dion. De ingeniería muy apreciada en todo el mundo, la gama de vehículos y motores Dion abarcaba hasta los 8 cilindros. Tras la contienda bélica, a partir de 1919 la falta de actualización de sus productos, unida a las nuevas técnicas productivas surgidas de la guerra como la producción en cadena, generan dificultades económicas por la falta de ventas, desembocando en el cierre. En 1930 sale el último vehículo de la marca.