El saber de las manos

Mercedes Corbillón

FUGAS

El escritor Jesús Carrasco.
El escritor Jesús Carrasco. PACO RODRÍGUEZ

19 abr 2024 . Actualizado a las 10:59 h.

El padre de Jesús Carrasco era maestro, la madre ama de casa, aunque también vendía baterías de cocina a sus vecinas y a las vecinas de otros pueblos. En sus ratos libres, ambos encuadernaban libros. En ese taller de la casa donde se cosía el papel y se guardaban las palabras entre las tapas, se pasó muchas horas de niño, atento a las manos que parecían poseer conocimiento por sí mismas, como si hubieran llegado a un estado superior, independiente, ajenas a estímulos del cerebro. El hijo encontró belleza en esas horas de silencio y trabajó donde las manos oficiaban el milagro de cambiar las cosas, de convertirlas en algo que no eran previamente. Unas manos libres capaces de transformar la materia, de conseguir la utilidad a través de lo misterioso porque la habilidad de otros siempre es un misterio para los que observamos.

Yo encuentro belleza en ese pasado al otro lado de los libros hasta el presente de escritor. Su última novela le ha rondado durante años. La semilla de la historia es esa mirada de deseo sobre un mundo de aprendizaje lento pero constante, de vida atenta a lo pequeño, a lo esencial, de cuidados, de amor sin alharacas. El nudo es esa cita de Manoel de Barros: todo lo que sirve para la nada sirve para la poesía. Como perímetro, escogió una casa en una aldea cuyo futuro era la demolición. Amigos y familia pasaron tiempo dedicado a mejorarla, a adaptarla a sus necesidades. Derribar un muro, alimentar a un gato, sostener la parra, encalar las paredes sabiendo que el destino es derribar. Como la vida misma.

Cojan este libro con sus manos.