Goteo de jóvenes de toda Europa para recuperar una aldea de Baltar

Uxía Carrera Fernández
Uxía Carrera BALTAR / LA VOZ

GALICIA · Exclusivo suscriptores

Juliana, la cocinera del restaurante, Javi y Carol que dejaron Barcelona para repoblar Meaus
Juliana, la cocinera del restaurante, Javi y Carol que dejaron Barcelona para repoblar Meaus Santi M. Amil

Dos catalanes instauraron un proyecto Erasmus en la frontera con Portugal

01 may 2024 . Actualizado a las 16:42 h.

Javi Morales y Carol Fergon son de Barcelona. Ambos hijos de gallegos emigrados de A Limia fronteriza con Portugal. Hacían vida por la misma ciudad pero sus destinos se juntaron en el municipio ourensano de Baltar, en uno de los veranos que pasaban en casa de sus padres. La pareja empezó su historia en el lugar por el que ahora han cambiado completamente su vida. Dejaron Cataluña para instalarse en la aldea de Meaus porque Javi quería ponerle fin a la despoblación que sufrían sus raíces. Encontraron el camino en quien tiene el futuro: los jóvenes. A través de un proyecto Erasmus lograron en dos años casi duplicar la población del núcleo, pasando de vivir 15 a 26 personas.

La iniciativa de Javi tomó forma como el coliving Os Mixtos. «En los últimos diez años vi la decadencia de la aldea y pensé que mis raíces no podían desaparecer», recuerda. Así que decidió huir de la ciudad con su pareja, Carol, y sus dos hijas con el objetivo de repoblar Meaus: «Nos vinimos justo el día antes de que decretaran el confinamiento y ya no volvimos». El catalán creció con la historia de O Couto Mixto, un estado independiente de España y Portugal en el siglo XIX que abarcaba los pueblos de Rubiás y Meaus. Como en Barcelona ya trabajaba en el turismo, pensó que era el sector que podía ayudar a traer gente al pueblo de A Limia. Por eso, lo primero fue montar un restaurante, el Couto Mixtour: «Mis abuelos siempre se quejaban de que no había bares y habían perdido la vida social».

En el mismo edificio rehabilitado tenían la intención de crear un centro de turismo activo y de reforma de viviendas, con el Couto Mixto como hilo conductor. Sin embargo, se topó con que muy pocos gallegos lo conocían y que «el territorio no estaba preparado para trabajar el turismo». Pese a que el covid prácticamente paralizó su actividad, intentó del 2020 al 2023 enfocar su proyecto al turismo, pero «era luchar demasiado». Entonces cambió de estrategia: «Descubrí los proyectos Erasmus y me di cuenta de que si queremos pensar en el futuro del medio rural tenemos que hacerlo con los jóvenes. La gente mayor, como muchos jubilados que retornan, ayudan, pero es un parche».

Los planes Erasmus van mucho más allá de los universitarios: son para europeos de 18 a 30 años. Os Mixtos se adhirió el año pasado al Cuerpo Europeo de Solidaridad, que consiste en un voluntariado de larga estancia en el que los chavales colaboran en un proyecto local. Así, Meaus cuenta con nuevos habitantes de manera permanente con la posibilidad de mudarse de manera definitiva. Para que no tengan que invertir a su llegada y eso les dificulte mudarse, hay vecinos que están cediendo sus casas a los europeos. «Llegan aquí por el entorno y se quedan por el proyecto», defiende Javi.

Los voluntarios colaboran en la huerta y con los animales de los que se ocupa mayormente Carol, que también trabaja como pedagoga en Xinzo, además de en el centro cultural. «Los vecinos nunca habían tenido acceso a la cultura, así que la traje hasta aquí», explica. Al mismo tiempo, lucha contra su soledad. Organizan sesiones de cine, obras de teatro, eventos, fiestas, festivales, karaoke y hasta un escape room. «Una persona joven no se va a quedar a vivir si no cubre sus inquietudes culturales y sociales», argumenta. En este año ha sido un atractivo para decenas de jóvenes: «Está yendo genial». Y para su familia, un cambio a positivo.

Los italianos Miriam y Daniele
Los italianos Miriam y Daniele Santi M. Amil

Miriam, italiana: «Dejé mis estudios y ahora quiero escribir un libro del Couto Mixto»

Actualmente en Meaus hay portugueses, asturianos e italianos. «Hubo chavales que pudieron ser los primeros que estuvieron aquí de su país, como lituanos, serbios, letones...», dice Javi. Como condición de su residencia en la aldea de Baltar, aprenden español para poder hacer vida con los vecinos y tienen que desarrollar un proyecto de impacto local. Tomaron ejemplo Miriam y Daniele, dos italianos que estarán al menos este año trabajando en ámbitos muy diferentes. Daniele descubrió su pasión por los animales y ayuda con el ganado de Os Mixtos. Pasó de Roma a la aldea porque confiesa que le encanta el paisaje y el silencio. Miriam tomó una decisión más drástica. Estaba pasando un mes en Portugal cuando descubrió un documental sobre el Couto Mixto y el proyecto de Javi: «Tenía el avión cogido para volver, pero ni lo pensé, cancelé mis estudios de Literatura para venir». La italiana valora el estilo de vida de la aldea, donde solo se necesita lo esencial, y está trabajando en escribir un libro sobre el Couto Mixto.

Quien ya se mudó definitivamente es Juliana Muñoz, la cocinera del restaurante, que también da cursos de crecimiento personal. La catalana estaba haciendo senderismo con su marido por la zona cuando se perdió y llegó hasta Meaus. Conoció el proyecto de Os Mixtos y se cogió una excedencia en el hospital donde trabajaba que ya no va a renovar. La «energía», la montaña y el estilo de vida de A Limia se quedaron con ella.