Juanma Iturriaga, improvisado reportero de la odisea de un tren Madrid-Huelva que se retrasó tres horas y media
GENTE
El Alvia sufrió una incidencia eléctrica que provocó el hartazgo del exmadridista, medalla de plata en los JJ.OO de Los Ángeles 84, quien narró con mucho humor la incidencia con la complicidad del resto de pasajeros
23 mar 2024 . Actualizado a las 10:13 h.Mencionó al ministro de Transportes, Óscar Puente. Dio voz a una pasajera que lamentaba que otros usuarios fumasen cuando el revisor dijo que estaba terminantemente prohibido y animó el vagón en el que se encontraba. Todo entretenimiento era poco ante un retraso de más de tres horas en el tren en el que Juanma López Iturriaga, exbaloncestista y comunicador, viajaba entre Madrid y Huelva. El convoy sufrió una avería causada por una incidencia eléctrica que detuvo el Alvia que le transportaba junto a otros pasajeros a la altura del intercambiador de Majarabique, en la provincia de Sevilla. Este problema acabó causando un retraso que se prolongó tres horas y media para desesperación de Iturriaga, colaborador en diferentes programas de radio y televisión, y del resto usuarios. El tren salió a mediodía de este viernes de la capital madrileña y tendría que haber llegado a la ciudad onubense dos horas después.
«Hace una hora éramos un grupo feliz, llegando a Sevilla, de ahí a Huelva, teníamos una mesa reservada para comer, jamoncito, gambas y, de repente, se ha parado el tren», comenta a sus seguidores en las redes sociales el deportista. «No tenemos electricidad, no tenemos aire acondicionado, han logrado después de una hora abrir las puertas», continúa en su ya desesperado relato con el paso del tiempo «en medio de la nada». La narración fue compartida por la cuenta en Twitter (ahora X) del programa en el que está trabajando actualmente, Colgados del Aro, centrado en informar sobre la Liga ACB de Baloncesto en diferentes plataformas, como YouTube.
Según ha informado Renfe y corroboraba Iturriaga en su retransmisión, un tren fue enviado desde Sevilla para socorrer a los viajeros, que eran finalmente remolcados tras una espera que se hizo eterna.