Monforte-Ourense: los baches hacen aún peor el tramo más peligroso de la N-120

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

Baches en una de las muchas curvas de la N-120 entre Os Peares y el alto de Guítara (Pantón)
Baches en una de las muchas curvas de la N-120 entre Os Peares y el alto de Guítara (Pantón) CEDIDA

El asfalto entre el alto de Guítara y Os Peares está destrozado en algunas curvas

25 feb 2024 . Actualizado a las 11:02 h.

Los usuarios habituales de la carretera N-120 entre O Barco y Ourense saben que cuando toca conducir entre el Alto de Guítara y Os Peares hay que ponerle más cuidado del habitual. Son 11 kilómetros de curvas en pendiente y con mucho tráfico pesado que no permiten distracciones. Y menos ahora, porque en los últimos meses el asfalto se ha ido rompiendo de forma muy notoria en lugares muy peligrosos. Es un episodio más de los problemas ya clásicos de mantenimiento que sufre esta carretera, unas carencias similares a las de la N-540 (Lugo-Ourense) y que ya no se arreglan solo con parches.

Y lo cierto es que en los últimos tiempos, en el tramo de la N-120 entre Ferreira de Pantón y Os Peares no ha habido más que rebacheos puntuales. Lo saben bien usuarios habituales de esta carretera como Rebeca Cuervo, que vive en Monforte y trabaja en Ourense. «Lo único que hacen con la N-120 es rellenar los socavones cuando van a apareciendo, pero ese remedio dura lo que dura y en unos meses el bache vuelve a aparecer», asegura.

Si el año que viene, los puntos de esta carretera más deteriorados en el tramo lucense estaban en los municipios de Quiroga, A Pobra do Brollón y Monforte, ahora donde más hay que fijarse es entre Guítara, en el municipio de Pantón, y el desvío de Os Peares, en Nogueira de Ramuín. Se trata de un tramo sin apenas rectas y en el que la bajada se puede hacer a una velocidad considerable.

Hoy es menos recomendable que nunca apretar demasiado el acelerador, porque hay al menos cuatro curvas con baches de tal tamaño en el carril de bajada que pueden hacer perder el control del volante.

Ante esta situación, cada conductor aplica su propia táctica. «Si vas detrás de otro coche y ese conductor conoce la carretera —explica— lo normal es que vaya esquivando bien los baches y que te pueda servir de guía».

Al deterioro normal que provocan los 4.500 vehículos que suben o bajan pasan a diario entre Os Peares y Guítara (algo más de 500 de ellos camiones), hay que sumarle además un factor extra de desgaste. Porque el alto de Guítara está a 600 metros de altitud y en invierno es frecuente que haya que echar sal para prevenir los efectos de las heladas y la nieve. Y la sal acelera el deterioro del asfalto.

El mantenimiento y la N-540

Pero el problema fundamental es la falta de mantenimiento adecuado, una carencia que afecta a buena parte de la red estatal de carreteras en Galicia y que empezó fundamentalmente con los recortes de gasto público que siguieron al estallido de la crisis económica del 2008. Esos recortes son los que explican que el Ministerio de Transportes vaya a tener que invertir en la reparación de la carretera de Lugo a Ourense por Chantada, la N-540, nada menos que 10 millones de euros.

Porque incluso estando como está, la N-120 es la alternativa que prefieren muchos conductores habituales de la ruta entre las ciudades de Lugo y Ourense. Una compañera de trabajo de Rebeca Cuervo vive en Lugo y siempre que coinciden en el mismo turno, comparten coche entre Monforte y Ourense. «Ella prefiere venir por aquí a pesar de lo mal que está la N-120, porque dice que la N-540 es aún peor», asegura.

Entre los kilómetros más complicados de la red estatal

En su edición del 2017, el estudio anual del Real Automóvil Club de España (RACE) decía que el tramo de la N-120 entre Pantón y Nogueira de Ramuín era el más peligroso de toda la red viaria estatal española. Era la conclusión que salía del recuento de accidentes con víctimas de los años precedentes.

Baches y tercer carril: dos promesas pendientes desde hace un año

El Ministerio de Transportes adquirió recientemente dos compromisos con el tramo gallego de la N-120 que están todavía pendientes de cumplir.

15,6 millones para baches. El primero de estos proyectos tiene que ver con el deterioro del firme y consiste en una inversión de 15,6 millones de euros para acometer una reparación en profundidad de la calzada entre los puntos kilométricos 472,8 y 535,2.

Esos 63 kilómetros son los del tramo que empieza en el municipio de Quiroga, cerca del límite con la comarca de Valdeorras, y continúa por A Pobra do Brollón, Monforte y Sober. Termina seis kilómetros antes del Alto de Guítara, el punto en el que empieza la cuesta de descenso hacia Os Peares.

El ministerio anunció en enero del 2023 que ponía en marcha el procedimiento para llevar a cabo estas obras. Trece meses después, no hay noticias sobre el momento en que se encuentra el proyecto. Hace un año no extrañó que esa cara reparación de baches excluyese el trayecto entre el Alto de Guítara y Os Peares, porque en aquel momento no era el que peor estaba. Ahora sí parece que esa obra va a nacer incompleta.

El tercer carril. El segundo proyecto pendiente para la N-120 pretende mejorar la capacidad de esta vía mediante la construcción de un tercer carril en tres puntos entre la ciudad de Ourense y Os Peares.

El anuncio es también de enero del 2023 y preveía una inversión de 5,8 millones de euros para construir 4.800 metros de carril suplementario entre los puntos kilométricos 551,2 y 552,9: del 556,2 al 557,4; y del 559,7 al 561,1.

Con el progresivo pintado de rayas continuas en los últimos años, y que culminó en el 2017, ahora entre el Alto de Guítara y Ourense solo se puede adelantar en las proximidades de esta ciudad.