El Gobierno reconoce la labor del farero lucense Anselmo Vilar en la Guerra Civil: «Salvó miles de vidas»

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO

Anselmo Antonio Vilar García y el faro de Vélez-Málaga
Anselmo Antonio Vilar García y el faro de Vélez-Málaga CEDIDA

El Boletín Oficial del Estado designa la zona por la que huyeron víctimas de los bombardeos del bando nacional entre Málaga y Almería en «La Desbandá» como lugar de Memoria Histórica

14 feb 2024 . Actualizado a las 14:10 h.

Por primera vez, el Gobierno de España ha reconocido de manera oficial la labor humanitaria del farero Anselmo Antonio Vilar García, natural de Castro de Rei (Lugo), durante «La Desbandá». Este episodio sucedió en la costa de Málaga en el año 1937. Entonces, barcos del bando nacional bombardearon a la población civil que huía de las zonas de Torre del Mar y de Vélez-Málaga hacia Almería de manera indiscriminada. Fue uno de los eventos más crueles de la Guerra Civil, ya que murieron miles de inocentes. 

Este miércoles, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó una resolución en la que reconocen «el lugar del éxodo, persecución y masacre de la población civil» como lugar de Memoria Histórica

En ese documento, el Gobierno menciona diversos episodios de «La Desbandá», pero solo uno tiene una relevancia especial para Galicia. Se trata de la sección que habla de la importancia del antiguo faro de Torre del Mar, el «Faro de la Barraca». En este párrafo, el Estado reconoce por primera vez la labor del farero que gobernaba la construcción por aquel entonces, Anselmo Antonio Vilar García, nacido en el municipio lucense de Castro de Rei en el año 1882

«Salvando así la vida de miles de refugiados»

«La acción del farero Anselmo Vilar García las noches del 6 y 7 de febrero negándose a encender el faro, imposibilitó que los barcos sublevados bombardearan la costa, salvando así la vida de miles de refugiados que se apostaban en Torre del Mar. Como represalia, los cruceros Canarias y Baleares bombardearon la costa de Torre del Mar la mañana del 8 de febrero. El farero Anselmo Vilar fue fusilado por las tropas sublevadas». De esta manera, el Gobierno recuerda la labor de Vilar por primera vez en un documento de estas características.

El lucense todavía no ha recibido ningún homenaje en su Castro de Rei natal, del que se marchó siendo joven cuando su padre, también llamado Anselmo, fue destinado a Torre del Mar para hacerse cargo del faro. Él heredó el puesto con 48 años. 

En febrero del 1937, las tropas del bando nacional empezaron a golpear la zona. Bombarderos alemanes, italianos y españoles atacaban a la población civil que huía de la villa. Miles de personas estaban en peligro. Entonces, Vilar, responsable de la torre que iluminaba la costa de Vélez-Málaga, tomó una decisión que lo llevaría al paredón: apagar el faro para dejar sin visión a los bombarderos. 

Fusilado por las tropas Franquistas

Vilar dejó a oscuras la localidad durante dos noches. En ese lapso, 180.000 personas podrían haber pasado por esa costa, según los escritos de la época. Nadie sabe cuántas vidas salvó el farero lucense a mil kilómetros de su hogar. Los bombarderos, confundidos al no ver la luz del faro, abandonaron Torre del Mar y se desplazaron al Oeste durante esos días. Así, se evitó una masacre aún mayor. 

El 8 de febrero, las tropas franquistas tomaron Torre del Mar. Entonces, supieron lo que había ocurrido con el faro y arrestaron a Anselmo Vilar. El lucense, que tenía 55 años, fue fusilado junto al cementerio de la localidad. Jamás se ha encontrado su cuerpo, a pesar de que hay registro de varias fosas comunes en la zona. 

El historiador Jesús Hurtado, especialista en Anselmo Vilar, dando ayer mismo una charla a escolares sobre su figura y «La Desbandá»
El historiador Jesús Hurtado, especialista en Anselmo Vilar, dando ayer mismo una charla a escolares sobre su figura y «La Desbandá»

El historiador malagueño Jesús Hurtado, uno de los mayores expertos sobre «La Desbandá», Anselmo Vilar y la zona de Vélez-Málaga, recibió la resolución del BOE con «alegría». Sobre todo, por la mención al farero. «El año pasado le pusieron una placa junto al faro, pero tampoco es que sea un reconocimiento a su altura. Ya era hora de que se le valorase», comenta. 

Este mismo miércoles, dio una charla a varios escolares sobre la historia del faro de Torre del Mar y sobre la figura de Anselmo. «Una de las alumnas me preguntó si era familia mía. Me emocionó mucho esa cuestión, porque evidencia el cariño que le tengo. Le dije que no, pero que me hubiera encantado conocer a Anselmo y darle un abrazo», termina el historiador.