La histórica olería de Samos volverá a producir después de siete años inactiva

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

SAMOS

La primera vez que se encendió el horno de Samos, en el 2017, solo se usó dos veces más
La primera vez que se encendió el horno de Samos, en el 2017, solo se usó dos veces más OSCAR CELA

El horno de Roxofrei se encencerá por un día junto al de Gundivós y el de Bonxe

03 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 250 piezas de alfarería están expuestas desde este jueves en O Vello Cárcere, en Lugo. Pertenecen a las olerías de Mondoñedo, Gundivós, Samos y Bonxe. Para dar a conocer la artesanía de la provincia, los organizadores quisieron hacer una muestra viva. Por eso, reactivarán por un día los hornos de Gundivós, Samos y Bonxe para cocer piezas, acompañadas de música. La iniciativa es más histórica para Samos, ya que es la única olería de las tres que está inactiva porque no hay quien la trabaje. Se recuperó hace diez años después de 70 de abandono pero solo se utilizó tres veces: «É un dos mellores entornos», defiende Hixinio Flores, uno de los impulsores de la exposición.

En Gundivós, Elías González preserva la alfarería de Sober y gracias a él es la única que tiene el futuro asegurado. En Bonxe, Pepa Lombao mantuvo activo el horno familiar hasta hace poco, que cogió una baja y se jubila el próximo mes pero sin un relevo para el taller. Samos es el único donde la falta de artesanos ya había terminado con la actividad alfarera, a pesar de que se conservan algunas de las piezas más espectaculares y antiguas de la provincia. De hecho, la creación más antigua de la exposición de O Vello Cárcere es de Samos, de 1706.

Hace diez años, Hixinio Flores, el ceramista Lolo Fernández, el restaurador Xaime y el panadero Caldas se embarcaron en una laboriosa restauración para recuperar la olería de Roxofrei. Se trata de un horno aislado de aspecto original, ya que la mayoría estaban en construcciones de casas, frente a la vivienda donde habitó el último «cacharreiro» del pueblo. Llevaba setenta años sin utilizarse, por lo que el abandono lo cubrió de maleza y parte de la estructura estaba deteriorada,. Además de recuperar el horno también supuso la rehabilitación de un elemento de arquitectura tradicional. Participaron la Diputación de Lugo y el Concello de Samos.

Tras un trabajo de varios años, en el 2017 celebraron una «fornada histórica», poniendo en marcha el horno después de setenta años. Las primeras piezas que se cocieron fueron las resultantes de curso de cerámica impartido en el Mosteiro de Samos. «O forno funcionou moi ben, púxose a 2.000 grados de temperatura», recuerda Flores. Aunque el primer paso había sido conseguir elevar la temperatura en el interior hasta los 900 grados a base de fuego y leña preparada para la ocasión. Fue un día histórico para la artesanía y los vecinos de la zona, que solo se pudo repetir otras dos veces.

«Só de puido poñer a funcionar en dúas ocasións porque xa non queda ninguén que faga olería en Samos», lamenta Flores. Siete años después terminará la inactividad gracias a la nueva exposición de alfarería. En aquella ocasión, la recuperación del horno también surgió a raíz de otra muestra de la Diputación que recuperó piezas en la Capela de Santa María. El día 20 de abril el Forno de Lulle en Roxofrei volverá a cocer: «Funciona moi ben, a pena é que ninguén o use durante o ano xa case non quedan oleiros a pesar de que Lugo foi unha provincia que exportou moitísima desta artesanía».

Tres conciertos

La jornada estará acompañada de música. Será una de las paradas del ciclo de conciertos As cegas de Ouselle. El trío de Aldara Palmeiro, Miguel Lustres y Antón Castro recuperar el repertorio que se cantaba de feria en feria en los años 30 del siglo pasado. La de Samos será el más especial pero no el único concierto organizado por la vicepresidencia de la Diputación de Lugo.

La primera cita será la de Bonxe, en Outeiro de Rei, el día 30 de marzo; después será la de Samos y finalmente la de Sober, el 11 de mayo en la Rectoral de Gundivós.