Toldos Gómez, de «albardeiros» a domar la fábrica 4.0

MERCADOS

Imagen de la nueva máquina que ya han puesto en marcha
Imagen de la nueva máquina que ya han puesto en marcha CEDIDA

La firma de Arzúa, con más de un siglo de vida y ejemplo de adaptación a los tiempos, ha incorporado una máquina de corte de última generación gracias al apoyo del Igape

25 oct 2023 . Actualizado a las 11:55 h.

Era 1908 cuando Antonio Gómez, «albardeiro» de Pereiro de Aguiar cambió A Coruña por Arzúa. Allí se enamoró de Matilde Cea y junto a ella y sus ocho hijos comenzó un linaje que se vio truncado en el 1936 con su inesperado fallecimiento. Tenía solo 38 años, pero la tragedia reforzó a su mujer, que continuó con el trabajo del patriarca y pronto sumó el apoyo de dos de sus hijos: Manuel y Cándido. Guarnicionería Hermanos Gómez fue el nombre elegido para aquel taller del que salieron las primeras monturas gallegas para caballo. Casi 120 años después, la estirpe de artesanos continúa muy viva en un mundo que poco tiene que ver con el del 1908. A la última generación le toca adaptarse a nuevos retos, entre los que destaca la transición a la industria 4.0 y la digitalización.

Haciendo gala del tesón y la filosofía de constancia y trabajo duro que exhibió Matilde cuando se quedó viuda, Toldos Gómez continúa con éxito su trayectoria empresarial. Tras la jubilación de Antonio Gómez Alamancos, artífice de la evolución de la empresa en el último medio siglo, es Esteban Raposo Gómez, bisnieto de Matilde y Antonio, el que se encuentra al frente de la compañía. Junto a él se mantiene la idea de adaptarse a los cambios y buscar nuevos mercados: «Siempre ha estado con nosotros. Lo vivimos así. Probamos nuevos productos, materiales... Queremos estar siempre al loro de las nuevas formas que hay para confeccionar y de la maquinaria. En el 2000 todo era a tijeras y en el suelo. Si ahora aparece una mesa de corte nueva que nos facilita el trabajo intentamos incorporarla. Antes soldábamos con aire caliente y calor, y ahora existe la opción de hacerlo con alta frecuencia, que no emite gases».

Para llevarlo a cabo han contado con la colaboración del programa Galicia Inviste, del Igape de la Consellería de Economía, Industria e Innovación, que todavía sigue abierto y con el que han adquirido una nueva máquina de corte «asistida por ordenador. Se coloca a continuación de una noria de almacenamiento de lona. En la oficina técnica preparan un archivo con el diseño y se envía al ordenador de la máquina». Explica Raposo que cuenta con varias herramientas que le permiten hacer de manera autónoma marcas y agujeros que «nos ayudan en los siguientes pases de la producción, por ejemplo cuando hay que soldar o coser. Ya teníamos el corte automatizado, pero la máquina tenía 20 años. Esta es mucho más precisa. La anterior no cortaba lona tan gruesa como la que usamos ahora. Además incorpora inteligencia propia a la hora de colocar las distintas piezas, lo que hace que se gaste menos lona y se generen menos residuos».

Más planes

De la mano de ese entendimiento con la Xunta, Toldos Gómez ha ido incorporando nuevos procesos de digitalización a la compañía, como el uso de la visualización de datos a través de gráficos o la creación de una zona privada para que los clientes puedan ver su histórico de facturas o pedidos. Todo sirve para mantener con fuerza una compañía que supera holgadamente los 100 años. Con humildad, Esteban Raposo considera: «Hemos tenido suerte. Hay que adaptarse. Si siguiéramos con los caballos habríamos desaparecido en los años 60. Ese mundo terminó y la gente dejó de tenerlos en sus casas y pasó a comprar tractores. Hubo que buscar esa vía y se encontró. Como se dice: renovarse o morir».

El futuro lo ve con esperanza, aunque también como un reto: «Por desgracia el aumento de las temperaturas y el cambio climático está ya con nosotros y las empresas necesitan soluciones para contar con más sombra». Explica que hace años los picos de trabajo se centraban en verano y «aunque ahora los sigue habiendo, recibimos muchos pedidos en octubre y noviembre. También tenemos la confección de lona plástica para la industria. Vemos que van apareciendo nuevas tecnologías, como el biogás, que necesitarán de lonas e intentaremos adaptarnos». Con unos 90 trabajadores y cuatro fábricas, dos de ellas en Arzúa, otra en Santiago y la última en Bergondo, el icónico caballo del logotipo de Toldos Gómez continúa con buen pie, ensillado y preparado para el futuro. Lo que comenzó como un humilde taller de guarnicionería es hoy una compañía que ya doma la industria 4.0.