Nuestro armario emocional

dora casal DIRECTORA EJECUTIVA DE ROBERTO VERINO

OPINIÓN

Santi M. Amil

19 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Todas las mañanas tenemos un ritual. Nos despertamos y nos preparamos para el día que empieza, abrimos el armario y buscamos esa prenda que responde a las expectativas que nos hemos creado para las horas que nos esperan. Ese pequeño gesto despierta una serie de emociones al observar las prendas que están dentro de nuestra vida. Prendas que nos han acompañado desde hace mucho o que hemos incorporado a nuestra realidad no hace tanto, pero que hemos comprado con una ilusión o por un fin concreto. Este es nuestro armario emocional que, sin planteárnoslo, construimos día a día, con prendas que significan algo. En Roberto Verino creemos en que las prendas tienen que acompañarte mucho tiempo, que son una inversión de futuro, no un artículo de uso. Creemos en los clientes conscientes del valor añadido de comprar ropa de calidad. Que cada vez que te la pones de nuevo, te transmite un poco la emoción que ha despertado la primera vez. Nuestro armario emocional es algo que nos define, que forma parte de nuestra identidad y que refleja fielmente la personalidad de cada cual. A través de las prendas observas el carácter de las personas, su enfoque de vida, su preocupación por el medio ambiente, incluso el valor que conceden a algunos conceptos como la artesanía, los tejidos, los colores y las formas. 

Llegué a este sector por casualidad. Yo me veía en la banca, donde estaba muy cómoda, pero descubrí un mundo donde las prendas de calidad son el resultado de una búsqueda constante de materiales, los acabados de los tejidos pueden definir cómo sienta una prenda o incluso un color convierte la misma pieza en básica o no. También descubrí una gran industria, con una larga tradición, con un gran respeto por lo artesanal, que ha sabido evolucionar y adaptarse a las necesidades del momento de mercado como pocas. Donde muchas familias, sobre todo sus mujeres, hacen que esas prendas lleguen a nuestras tiendas después de realizarse muchas operaciones productivas por el camino, porque una prenda necesita muchos procesos, desde que es un tejido y un patrón, para llegar a estar colgada en una percha. En Galicia sabemos mucho de esto y, además, ahora toca seguir evolucionando rápido como sabemos hacer aquí, que nos digitalicemos y que continuemos innovando, no solo en tejidos, sino también en todos estos procesos. Para ello, las instituciones nacionales y europeas tienen que apostar por una economía consciente y tienen que ayudar a reforzar este tejido empresarial que ya existe y es muy sólido, pero que necesita que se lo valore por lo que aporta y que tiene muchas bazas de convertirse en estratégico si le dan ese apoyo.