Las infraestructuras en general, y las de transporte en particular, constituyen un elemento clave para el desarrollo y la competitividad de cualquier territorio. Fomentan la actividad económica, crean empleo y ayudan a asentar población, muy especialmente en el medio rural, generando oportunidades de futuro.
De ahí la importancia del Corredor Atlántico para una adecuada vertebración y cohesión económica, social y territorial de las comunidades del noroeste peninsular y, por extensión, de toda España. Es una infraestructura de interés estratégico en cuya defensa e impulso venimos trabajando, desde hace ya tiempo, las comunidades autónomas de Galicia, Asturias y Castilla y León. Uniendo esfuerzos en una apuesta conjunta cuyo último hito ha sido la firma de la declaración institucional del pasado 27 de enero.
En Castilla y León, al igual que en Galicia, hemos hecho los deberes, cumpliendo con nuestra parte en el desarrollo logístico, el apoyo a la industrialización y la modernización de nuestro campo, y creemos que ha llegado el momento de que, sin más dilaciones y demoras, el Gobierno de España asuma sus compromisos y cumpla también con sus obligaciones.
En primer lugar, con financiación adecuada y suficiente. Aprovechando la oportunidad sin precedente que suponen los fondos europeos Next-Generation. Para lo que exigimos que el Corredor Atlántico tenga un tratamiento y alcance un grado de desarrollo similar al del Corredor Mediterráneo.
Y en segundo lugar, con la imprescindible aprobación del plan director del corredor con la participación de las comunidades autónomas afectadas.
Son peticiones que consideramos justas, razonables y posibles. Que solo requieren de la necesaria voluntad política por parte del Gobierno de la nación, y que realizamos desde la plena lealtad institucional.
Castilla y León es una autonomía dinámica, con una gran potencial y posiciones de liderazgo en sectores como la automoción, el agrario, el forestal, el agroalimentario, el químico, el metalúrgico o la aeronáutica.
Sabemos de nuestras posibilidades y de la capacidad y buen hacer de nuestra gente. Tenemos mercancías de primera, producciones de calidad competitivas en cualquier mercado. Pero para llegar a esos mercados, para competir en esos mercados, necesitamos mejores infraestructuras de transporte. Y el Corredor Atlántico Noroeste resulta básico para lograrlo.
Nos encontramos en un momento clave para fijar las bases que han de marcar nuestro futuro y el de nuestros hijos. Para avanzar y seguir siendo tierra de oportunidades.
Un futuro que desde Castilla y León encaramos con ilusión y esperanza. Con rigor y responsabilidad. Con diálogo y participación, porque sabemos que los sectores productivos, los empresarios, los trabajadores y las administraciones sabrán aprovechar todas las oportunidades que se presenten. Un futuro en el que Galicia y Castilla y León vamos a seguir yendo de la mano, también con Asturias. Colaborando y uniendo fuerzas. Porque sabemos que juntos somos más fuertes, avanzamos más rápido y podemos llegar mucho más lejos.