Llamó muchísimo mi atención un titular de nuestro periódico. Fue el pasado miércoles. Decía: «El BNG quiere marcar distancias con Sánchez después de las elecciones». Me pregunto por qué quiere marcar distancias con Sánchez. Qué más da. Qué importa. Sánchez, con sus erróneas políticas, ha favorecido al BNG, ¿por qué distanciarse de ellos? Quizá porque todas las promesas programáticas de la investidura son papel mojado. Quizá porque ahora toca cegar absolutamente al PSOE en el Parlamento gallego. Quizá porque ven más próxima la pérdida de poder de Sánchez y sus socialistas (sus socialistas, y digo bien, porque estoy seguro de que en el PSOE cada vez hay más socialistas que no comulgan con Sánchez). Todo semeja una paradoja. Una deriva ininteligible para todos aquellos que opinamos de política y políticos. El BNG se equivoca una vez más. Se equivoca porque el problema no es estar más cerca o más lejos del PSOE; el problema, y así lo creo, es que el BNG no guarda distancias con aquellos que en verdad sí laminan sus posibilidades de gobernar Galicia. Nunca lo han tenido más cerca. Nunca encontrarán a una izquierda más dividida ni miles de votos, no nacionalistas, que vayan a sus arcas. Desaprovecharon la oportunidad porque creen que los presupuestos ideológicos de Bildu o de Esquerra son los que votarán los gallegos. Nunca ha sido así. La mayoría de los votantes quieren otro BNG. Y lo votarían mayoritariamente si fuese capaz de no solo moderar la imagen de su candidata (su campaña ha sido prodigiosa), sino de atemperar sus planteamientos ideológicos. ¿Eliminar las diputaciones? Un error. ¿Tender a una enseñanza cien por cien en gallego? Otro error. ¿Que se vaya la Guardia Civil y la Policía Nacional? ¿Que repitan la cantinela de «Galiza, unha nazón sen Estado»? ¿Que Galicia quiera «autodeterminarse»?... podría seguir con múltiples ejemplos de las pretensiones del BNG. Es suficiente. El problema del BNG no reside en acercarse o distanciarse del PSOE. El problema del BNG es el propio BNG. Insisto, gobernarían Galicia si sus propuestas fuesen más moderadas, pero no lo son. Nunca encontrará el BNG una candidata más valiosa que Ana Pontón. Pero Ana Pontón, elegante en las formas, defiende unos postulados que se alejan de lo que desean los gallegos. Y ese es el error, el gran error del BNG.
Mi pregunta, para finalizar, es la siguiente: ¿reflexionarán sobre estas cuestiones los ideólogos del BNG? Lo dudo. Pero quizá las bases nacionalistas sí autorreflexionen. Las bases lo hicieron con Anxo Quintana, y por eso le apoyaron. Y las bases estaban apegadas a aquel Beiras mordaz. Ambos, Quintana y Beiras, que no formaron parte del núcleo ideológico del BNG, fueron defenestrados. Ana Pontón continuará. Ojalá ella sepa marcar distancias. No con el PSOE, sino con aquellos (con los que irá a las elecciones europeas) que le restan la posibilidad de gobernar Galicia.