Se jubila después de 35 años en la tienda de Roberto Verino: «Fue una suerte que confiase en mí y me valorase»

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

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Isabel posa desde el que considera su rincón en Ourense, la tienda de Roberto Verino
Isabel posa desde el que considera su rincón en Ourense, la tienda de Roberto Verino Santi M. Amil

La ourensana Isabel Guede se jubila después de 35 años trabajando para la empresa ourensana de moda

25 abr 2024 . Actualizado a las 21:39 h.

A Isabel Guede (Ourense, 1959) todo el mundo la conoce por ser una de las caras más visibles del comercio Roberto Verino en la ciudad, al que ha dedicado más de décadas. Pero su historia es mucho más larga. Dice que nació en una familia de hosteleros. Su abuela fundó A Guardesa en 1945 y ella creció entre las mesas del mítico bar de A Ponte. «Aquello no se cerraba nunca. Mis tíos y mi madre hacían turnos para que siempre estuviese abierto y yo me fui criando en el interior de ese local», comenta esta pontina de pura cepa. Estudió primero en Carmelitas y después en el Instituto Otero Pedrayo, pero los recuerdos que atesora de su infancia están ligados a las fiestas del barrio. A los 16 años conoció al que hoy es su marido, el neumólogo ourensano Jaime Pavón. «Él estaba estudiando tercero de Medicina en Santiago, porque me saca cinco años, y me acuerdo que me cambiaba el uniforme del colegio en un portal para quedar con él», confiesa. El inicio de la relación coincidió con la primera experiencia laboral de Isabel. «Me comentaron que la tienda Xoldra tenía una vacante para el verano, me apunté y me cogieron. Ahí comenzó mi vocación por la moda y por la atención al cliente», admite. «Recuerdo que vino a comprar Bibiana Fernández. Era una mujer pletórica y yo una niña, me quedé maravillada con su belleza y su carisma», añade.

Al terminar sus estudios se casó con Jaime y se fue con él a Santander, ciudad a la que destinaron a su marido para cursar la especialidad de Neumología. «Allí me busqué la vida y me apunté a todos los cursos que encontraba, especialmente de informática y contabilidad», comenta. En el 84 regresaron a Ourense y, de nuevo de oídas, Isabel se enteró de que buscaban dependientas en Tilos. «Era una tienda multimarca con muchísimo gusto, así que me hacía ilusión entrar a formar parte», dice. La cogieron y fue en ese negocio en el que descubrió la firma Roberto Verino. «Mercedes Insua, la propietaria de Tilos, seleccionaba distintas casas y las vendía en su boutique. Recuerdo perfectamente cuando empezamos a ir a Verín para ver la producción de Roberto. Íbamos a la fábrica y yo lo disfrutaba como una niña pequeña. Los Mariño son una familia maravillosa y muy generosa, así que no era raro que me volviese con una gabardina o un bolso que me habían regalado», afirma la ourensana. A los pocos años, en 1988, Mercedes abrió una franquicia de Roberto Verino en Ourense, un gran establecimiento en la calle Cardenal Quevedo, en donde estaba de encargada Isabel. Con el tiempo, el modisto terminó haciéndose cargo de la tienda, que más tarde mudó al Paseo en 1998. «Y aún hubo otro cambio más, porque en el 2015 nos vinimos al espacio donde está hoy, en la misma calle, pero mucho más amplio y completo», admite la pontina.

Isabel se acaba de jubilar después de trabajar durante más de cuatro décadas cara al público. Treinta y cinco años fueron en el equipo de Roberto Verino, a quien describe como una persona cercana, comprometida e implicada. «Es increíble su capacidad para hacerte sentir en familia, desde el primer día ha sido para mí un jefe muy presente, y también le agradezco el haber formado un equipo consolidado como el que tenemos, porque pocos cambios ha habido a lo largo de todo este tiempo», admite Isabel. Dice que va a echar de menos su día a día en la tienda, «Aquí trabajamos con una venta muy personalizada y lo cierto es que yo disfruté muchísimo de mi relación con las clientas. Me gustaba conocerlas y sacarles exactamente lo que buscaban. De esta manera fui trabando relación con ellas y algunas son incluso buenas amigas», asegura.

Dice esta ourensana, que atesora miles de anécdotas en Roberto Verino, que la tienda siempre será su casa y que por allí van a seguir viéndola a menudo. «Tuve muy buena vida laboral. Hoy en día en moda es muy difícil estar tanto tiempo dentro de una misma casa y yo pude hacerlo. Fue una suerte que Roberto confiase en mí y siempre me sentí valorada y respetada. Me voy feliz», termina.

«En la familia hay muchos médicos y la pandemia fue realmente dura»

La vida de Isabel Guede está compuesta por dos pilares fundamentales: su familia y su trabajo en Roberto Verino. Tiene tres hijos y ninguno vive ya en Galicia. «Aún recuerdo el día en el que me planté en recursos humanos y les dije que necesitaba ver a mis hijos, que me cuadrasen el horario», dice. Así lo hicieron.

La ourensana admite que lo pasó muy mal los primeros meses de la pandemia. «En la familia hay muchos médicos y fue realmente duro y preocupante para todos», dice. Ese año, el 2020, decidió que quería jubilarse ya. Ahora que por fin lo ha conseguido tiene muy claro lo que quiere hacer. «Siempre he sido nefasta para el deporte, pero en cuanto terminé mi última jornada de trabajo, lo primero que hice fue apuntarme al gimnasio y a pilates. Estoy yendo y estoy encantada», asegura. «Voy todos los miércoles al cine y cada poco bajo a Madrid a estar con los niños», concluye.

DNI:

Quién es. Isabel Guede Iglesias nació en Ourense en 1959 y se crio en el barrio de A Ponte, donde dice que atesora algunos de los recuerdos más bonitos y divertidos de su vida. Como cuando hizo de dama de honor junto a sus amigas, durante la inauguración de la locomotora de vapor en 1976. Después de llevar cuatro décadas como dependienta en el sector textil, se jubila.

Su rincón. Se queda con la tienda de Roberto Verino de Ourense, una empresa en la que ha trabajado durante los últimos treinta y cinco años.