Las exportaciones de pizarra bajaron en el 2023, pero se vendió más cara

María Cobas Vázquez
maría cobas OURENSE / LA VOZ

CARBALLEDA DE VALDEORRAS

Imagen de archivo de una nave de elaboración de pizarra.
Imagen de archivo de una nave de elaboración de pizarra. LOLITA VAZQUEZ

EE.UU. supera a Irlanda y se convierte en el quinto principal mercado

22 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Las exportaciones de pizarra bajaron en el 2023 otra vez. Ya lo habían hecho en el 2022 sobre el ejercicio anterior y ha vuelto a suceder, tal y como reflejan las estadísticas oficiales una vez terminado el balance anual. El 2023 se cerró con 437.186 toneladas vendidas más allá de las fronteras españolas, por debajo de las 482.058 del 2022 y de las 508.176 del 2021.

Al igual que en la vez anterior, el descenso en el número de toneladas vendidas fuera —los mercados internacionales suponen más del 95 % del volumen de negocio de un sector que en Galicia está fundamentalmente radicado en las comarcas de Valdeorras (Ourense) y Quiroga (Lugo)— no supuso una merma en los ingresos de las empresas pizarreras, sino todo lo contrario. El año pasado se exportó por valor de 376 millones de euros, cinco más que en los doce meses anteriores, a pesar de haber vendido 45.000 toneladas menos. Esto se debe al hecho de que los mil kilos de pizarra se facturaron a una media de 861 euros, lo que supone 89 más que los 772 registrados en el 2022. Es un incremento que se viene sosteniendo en el tiempo. Echando la vista atrás, en el 2020 cada una de las 459.186 toneladas vendidas salió a un precio medio de 573 euros. El coste de los materiales de construcción ha subido de manera importante en los últimos años y la pizarra —que se utiliza fundamentalmente para cubiertas— no es ajena a esta situación.

En cuanto al destino de la piedra natural, se vendió a un total de 62 países. Eso sí, el 82 % de las compras procedieron de cinco naciones y Francia se llevó más de la mitad. Hasta el país vecino viajaron 211.841 toneladas de producto, que se pagaron a 832 euros cada una. Hasta Reino Unido se fueron 120.741 toneladas, a 880 euros; y 38.596 a Alemania, por 838 de media. El cuarto país importador de pizarra, pero con cifras mucho más modestas, es Bélgica. Compraron 17.272 toneladas a un precio más alto, 1.257 euros cada una.

Como novedad, Estados Unidos consiguió superar a Irlanda y se colocó como quinto país que más pizarra gallega demanda. Se vendieron allí 11.091 toneladas por algo más de nueve millones de euros, lo que supone que se pagaron a 777 euros los mil kilos de piedra. EE.UU. ha pasado de ser un mercado residual a uno de los principales lugares de venta para la pizarra, aunque todavía lejos de otros países cuya demanda de piedra valdeorresa es una constante sostenida en el tiempo por ser tradicional su uso en las cubiertas. Echando la vista atrás, en el 2002 apenas compraron 1.600 toneladas desde Estados Unidos.

En el resto de mercados las cifras de negocio son residuales porque también lo son las toneladas de producto que adquieren desde esos países. Eso sí, hay también curiosidades, muchas veces por lo elevado de los precios. Destaca India, donde pagaron 7.998 euros por mil kilos de pizarra; o Bosnia, donde la misma cantidad de producto se vendió a 3.280 euros. Más allá del abono de aranceles, lo que determina el precio de la pizarra es la calidad del producto y, en algunos casos, que se trata de uno que escasea por ser de una tipología poco frecuente.

El año pasado las pizarreras exportaron a 62 países en todo el mundo. Entre ellos faltan varios que sí habían comprado —aunque pequeñas cantidades— en el 2022. Son Angola, Austria, Brasil, Bahamas, Chipre, Costa Rica, Egipto, Emiratos Árabes, Eslovenia, Etiopía, Indonesia, Kosovo, Mauricio, Nicaragua y Serbia. Y en otros la adquirieron en el 2023 tras no haberlo hecho el año antes. Es el caso de Albania, Barbados, Djibouti, Dominica, Gabón, Honduras, India, Irlanda del Norte, Jordania, Kenia, Kazajistán y Noruega.

Samaca estuvo más de dos meses y medio sin vender producto tras el desahucio

En el balance anual del 2023 es necesario tener en cuenta que durante más de mes y medio la venta de pizarra estuvo paralizada Samaca. Es la comercializadora que saca al mercado la producción de Irosa, en la que trabajan más de 250 personas. Desde medianos de septiembre a finales de noviembre no estuvo vendiendo porque la empresa fue desahuciada judicialmente en virtud de una sentencia que daba la razón a los comuneros de Portela-O Trigal (Carballeda de Valdeorras) en su intento por echar a unos inquilinos que llevaban años sin pagar alquiler alguno por el arrendamiento de los terrenos. Durante ese tiempo la junta vecinal tuvo las llaves de la nave y solo en días puntuales permitió que salieran camiones cargados de pizarra. El 29 de noviembre y tras el desahucio de Irosa (después de que el TSXG tumbase la expropiación de los terrenos), la patronal y los comuneros firmaron un nuevo contrato de arrendamiento y las pizarreras recuperaron la actividad.