Las redes sociales son el canal de difusión de la iniciativa del centro de día, que cuenta con la colaboración de Cáritas
13 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Se acerca la visita de los Reyes Magos, el momento más especial del año para los niños, y que alguno quede sin su merecido regalo sería muy injusto. Esta es la máxima bajo la que el centro de día Vitais, en Ordes, trabaja con ahínco las últimas semanas. Sin descuidar sus tareas en los talleres de memoria o las sesiones de gimnasia y fisioterapia, los mayores del centro pasan las frías tardes de diciembre entre abalorios, telas, hilos de colores, trozos de fieltro y cartulinas para confeccionar broches, servilleteros, fundas para teléfonos móviles, marcos de fotos, pulseras, chupeteros, llaveros e incluso pendientes.
Todos estos objetos serán luego moneda de cambio para conseguir juguetes que irán destinados a niños cuyas familias no tienen recursos suficientes para afrontar los gastos de estas fechas, de cuya búsqueda se encargan los responsables de Cáritas en Ordes. Algunas de las primeras obras de arte han sucumbido a los gustos de hijos, sobrinos o nietos, pero a partir de ahí, los encargados del centro las irán difundiendo a través de las redes sociales para que quien así lo desee pueda adquirirlas a cambio de un juguete.
Por ello, desde Vitais afrontan esta iniciativa con un doble objetivo: que ningún niño se quede sin su regalo de Reyes, y que los mayores, que ven mermada su autoestima con la edad y necesitan sentirse útiles, puedan llevar a cabo una actividad diferente con una finalidad clara.
«Queremos que sean conscientes de que todos los juguetes que coloquen debajo del árbol de Navidad los han conseguido ellos con su trabajo y esfuerzo», afirma Iria Gándara, psicóloga del centro. Si las previsiones se cumplen, el 5 de enero, antes de la cabalgata, los niños recogerán sus regalos y merendarán con los mayores.
Eso sí, para los pequeños que se acerquen al centro, los regalos habrán sido traídos por los Reyes Magos. Nada puede romper la magia, que no entiende de dinero, solo de ilusión. Una ilusión que en este caso, traspasa las edades tempranas y llega a todas las demás.