Más luces sobre el misterio de la genciana naranja gallega

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

CEDIDA

Un estudio realizado en O Courel relaciona el peculiar color de la planta con los insectos que la polinizan

07 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

A finales de este mes terminarán los trabajos de campo que un equipo científico de la Universidade de Santiago desarrolla desde hace tres años en la sierra de O Courel y otros parajes de la montaña lucense dentro de un proyecto de investigación cuyo fin es averiguar por qué las flores de la gencianas gallegas presentan una coloración anaranjada y no amarilla como las del resto de la Península y de Europa. El estudio -que dirige el biólogo Javier Guitián, exdirector de la Estación Científica do Courel- aún no encontró una explicación definitiva para la peculiar coloración de estas plantas medicinales de alta montaña, pero ya cuenta con algunas pistas importantes.

Por una parte, los científicos han descubierto que las gencianas anaranjadas -que crecen solo al oeste de los pueblos leoneses de Torrestío y Ventana, en la comarca de Babia- no son polinizadas por los mismos insectos que las amarillas. Los abejorros del subgénero Psytiurus, concretamente, muestran una clara preferencia por las primeras. En opinión de los investigadores, la relación con los polinizadores puede tener más influencia en el color de las plantas que otros factores ambientales, como el tipo de terreno en el que crecen. En Galicia y en las zonas limítrofes, las gencianas se hallan en tierras algo más ácidas y silíceas, mientras que en el área cantábrica aparecen en terrenos de un tipo más calizo. «Ese es otro posible factor, pero no nos parece que influya mucho porque las tierras en las que crecen las dos variedades son en realidad muy similares aunque presenten algunas diferencias», señala Tania Veiga, integrante del equipo de investigación que está preparando una tesis doctoral sobre estas plantas.

Varias causas posibles

Veiga apunta por otro lado que la diferenciación de las gencianas gallegas con respecto a las otras posiblemente no tiene una única causa, sino que se debería a una combinación de diversos factores, entre los que puede estar también la influencia de algunas especies de insectos herbívoros -todavía mal identificados- que se alimentan de estas plantas. «Como ocurre en muchas investigaciones biológicas, cuanto más se sabe sobre un fenómeno, más posibles explicaciones se le encuentran», comenta. Para tener una idea más clara -añade- habrá que esperar en torno a un año, hasta que se hayan analizado e interpretado más a fondo los datos recogidos en este último trienio.

La investigación incluye también unos análisis químicos que indican que la tonalidad anaranjada de las gencianas gallegas se debe a la presencia de pigmentos de la familia de las antocianinas. De momento, los análisis se hicieron sobre muestras muy pequeñas y no permiten determinar el tipo exacto de pigmentos que está presente en estas flores. Las antocianinas, en sus diversas variantes, confieren también su coloración a las frambuesas, las moras o los arándanos, entre otras muchas especies vegetales.