Las chinches se ceban con un edificio de A Palloza, en A Coruña: «Es un problema muy grave porque nadie se hace responsable del foco»

L. G. V. A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

Óscar Sánchez vive en el número 2 de A Palloza
Óscar Sánchez vive en el número 2 de A Palloza Jon Vieites

Una vivienda tiene un nido que pone en riesgo a los vecinos de la zona: «Hay que tirar parte del mobiliario, no basta con fumigar», dice la empresa encargada de controlar la plaga

22 abr 2024 . Actualizado a las 18:42 h.

Óscar Sánchez quiere ponerle humor al asunto, pero a tenor de lo que muestran las imágenes de su cuerpo repleto de picaduras, la misión es complicada. «Esto parece la Feria de Abril de las chinches», sintetiza este vecino del número 2 de A Palloza, en A Coruña, el edificio rojo que da a la plaza. Como explica el portavoz de unos vecinos que están hartos de la situación en la que llevan inmersos varios meses, en su caso todo comenzó a mediados de febrero. Entonces, tanto él como su madre, con la que vive, se empezaron a encontrar picaduras que, supusieron, eran de araña. El problema era más serio de lo que parecía, y en la vivienda de al lado tenían y tienen un nido de chinches. Tanto Óscar como otros residentes de un edificio donde viven casi 300 personas han tenido que fumigar ya dos veces sus casas, pero esto no ha sido suficiente.

«El problema es que el foco es tan grave que no basta con fumigar, hay que deshacerse de casi todo el mobiliario de la vivienda, y estos vecinos no quieren. Es una cosa muy seria porque las chinches son muy traicioneras y se cuelan por todas partes y es fácil que la plaga se extienda», comenta Óscar, para añadir que su madre, de 76 años, se plantea incluso cambiar de domicilio. La empresa de control de plagas certificada Plaguiboom fue la encargada de limpiar la zona, y desde esta compañía confirman lo que cuenta este vecino. «Nos llevamos una sorpresa muy desagradable porque, efectivamente, esto no entra dentro de lo normal. Además, el portal da acceso a dos edificios y con lo fácil que es que una chinche se cuele en un bolso o una mochila, se pueden extender las chinches por la ciudad». Desde Plaguiboom indican que para minimizar los riesgos hay que sacar de la vivienda colchones y parte del mobiliario, todo bien envuelto en film; «tampoco se pueden dejar las cosas tiradas en un contenedor», apuntan.

Óscar habla de problema de salud pública, y explica que ha solicitado ayuda a la Xunta, que le indica que tiene que ponerse en contacto con el Ayuntamiento. Fuentes municipales, por su parte, indican que «el Concello no puede entrar en una propiedad privada sin una orden judicial». No todos los vecinos del edificio están al corriente de esta situación.

En los últimos meses, Galicia ha sufrido el azote de las chinches en diferentes puntos de la comunidad. El pasado agosto, un grupo de 43 peregrinos pasó la noche en el pabellón de Arzúa tras encontrar chinches en un albergue de Ribadiso. Poco después, varios albergueros denunciaron que es un problema que sufre el Camino desde hace más de una década, «pero nunca se fixo un protocolo nin se tomaron medidas». Asimismo, Fernando Estomba, director de la empresa Sanal Control Medioambiental le explicaba hace unos meses a La Voz que en A Coruña se reciben con frecuencia avisos de particulares, responsables de hoteles o residencias universitarias alertando de la presencia de chinches. «En A Coruña parece que hay más chinches, pero en realidad no; lo que sí es cierto es que el cambio climático y las temperaturas anómalas, sumado a la migración, hace que aparezcan en meses que antes no las encontrábamos», comentaba entonces este experto.