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Menos vino de Ribeira Sacra en Estados Unidos y más en Kirguistán

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

SOMOS AGRO

Presentación en el Pazo de Oca de uno de los vinos que exporta Ponte da Boga
Presentación en el Pazo de Oca de uno de los vinos que exporta Ponte da Boga miguel souto

Ponte da Boga abre mercado en la vieja república soviética de Asia central

16 abr 2024 . Actualizado a las 09:46 h.

Pocas denominaciones de origen se salvaron a lo largo del 2023 de la caída de las exportaciones de vino en los mercados «más maduros», como definen en el sector a aquellos destinos en los que la demanda tiene carácter más estable. Por dimensiones y costes de producción, las ventas en el exterior no son una asignatura fácil para las bodegas de Ribeira Sacra. Según los datos del consejo regulador, las exportaciones bajaron en un 18% el pasado año como consecuencia del descenso de la demanda en Estados Unidos, Reino Unido o Alemania. Suben, por el contrario, en lugares tan insospechados como Kirguistán.

Ribeira Sacra exportó un total de 231.578 litros de vino en el 2023, frente a los 280.909 litros del 2022. Pese a esta bajada, los datos del pasado año son los mejores desde que se publican estadísticas de ventas en el exterior. El problema es que el mercado que más se resintió, Estados Unidos, también es con mucha diferencia el más importante para las exportaciones de esta denominación de origen. Las ventas en ese país pasaron de los 105.858 litros contabilizados en el 2022 a solo 68.551 litros en el 2023, lo que supone una caída del 35%.

Cuestión de tamaño

Todas las denominaciones gallegas se resienten del enfriamiento de las importaciones de vino en Estados Unidos, pero el presidente de Ribeira Sacra saca sus propias conclusiones. «El tamaño de nuestras bodegas y la propia producción del conjunto de la denominación son un problema para ir a determinados mercados. Hoy no vale ir a un sitio y no volver hasta dentro de tres o cuatro años para ver cómo van las cosas», dice Antonio Lombardía. Juan Paredes, importador afincado en Nueva York, apunta en esa misma dirección. «Cuando una bodega viaja para promocionarse —explica— las ventas suben automáticamente. El problema está en que hay que mantener una presencia con cierta regularidad, la competencia es muy dura y no puedes desaparecer mucho tiempo del escenario».

Datos muy aleatorios

Ribeira Sacra vendió menos vino en el 2023 frente al año anterior en la práctica totalidad de los principales mercados exteriores. Las exportaciones se reducen en Noruega (pasa de 22.459 a 12.083 litros), Reino Unido (de 20.087 a 17.087 litros), Canadá (de 14.633 a 11.330 litros) o Alemania (de 7.053 a 4.701 litros). Por el contrario, suben en Suecia (pasan de 13.684 a 23.232 litros), Suiza (de 8.554 a 8686 litros) o Francia (de 3.808 a 5.686 litros). Hay que tener en cuenta, no obstante, que en los volúmenes que mueve esta denominación de origen una venta puntual de una sola bodega —la entrada de Algueira en las subastas de Burdeos— puede alterar de forma significativa el ránking de exportaciones.

Salir al mercado exterior no siempre es fácil con las dimensiones de muchas bodegas de Ribeira Sacra. De ahí que el consejo regulador apueste cada vez en mayor medida por las acciones conjuntas en las grandes ferias internacionales. «Buscamos los países potencialmente con más consumidores, no tiene mucho sentido ir conjuntamente a mercados distintos de esos más maduros», sostiene Lombardía. Las ventas en los lugares «más exóticos», sin embargo, fueron las que evitaron que la caída porcentual de las exportaciones fuese más acusada en el 2023. Kirguistán o Lituania son dos de los casos más llamativos.

Javier Ordás, director de exportación: «No solo la viticultura puede ser heroica»

Ponte da Boga comercializó el pasado año alrededor de 1.500 botellas de dos tintos y tres de los vinos blancos de su catálogo en Kirguistán, país de Asia central bautizado como República Kirguisa tras su emancipación de la antigua Unión Soviética. «No solo la viticultura puede resultar heroica, a veces también lo es la comercialización», comenta con humor Javier Ordás, director de exportaciones de la bodega ourensana perteneciente a la Corporación Hijos de Rivera.

Los recursos mineros son el punto fuerte de la economía de la República Kirguisa, de mayoría musulmana entre su población. El país esta considerado uno de los destinos más atractivos del mundo para el turismo de aventura, pero de momento este sector depende fundamentalmente de visitantes procedentes de la antigua Unión Soviética. En el 2017 fue noticia la presencia de una importadora de Kirguistán en Fenavín, la feria más importante del vino que se celebra en España.

Distintos y más frescos

«Es un buen sitio para establecer contactos en esos destinos, pero en mi caso fue a través de internet. Vi que había una única bodega española vendiendo en Kirguistán y conseguí contactar con el importador-distribuidor que opera allí», explica Ordás. A través de una tienda de productos de lujo, Ponte da Boga vende en ese país el mencía del año, el tinto con crianza en barrica Bancales Olvidados y los blancos monovarietales de godello, albariño y branco lexítimo. Al importador de Kirguistán —detalla el director de exportaciones de la bodega— le parecieron interesantes por ser «distintos y más frescos» frente al perfil mayoritario del vino español.