Patrocinado porPatrocinado por

Legalizan miles de gallineros para seguir comprando pollos: «Creo que a xente vai deixar de ter galiñas»

LA VOZ LUGO

GANADERÍA

Jesús Roca, de Guitiriz, en su gallinero, para el que ya tramitó el alta.
Jesús Roca, de Guitiriz, en su gallinero, para el que ya tramitó el alta. SUSO PENA

Dueños de corrales se han visto obligados a dar de alta sus instalaciones para poder renovar su cabaña

08 mar 2024 . Actualizado a las 21:58 h.

En Galicia hay miles de gallineros de autoconsumo. Aunque resulte difícil calcular cuántos, basta con decir que hay casi 41.000 dados de alta por la obligatoriedad de registrar los corrales con menos de 30 aves. La cifra seguirá creciendo previsiblemente, bien con trámites efectuados ante las oficinas rurales de la Xunta, bien con inscripciones tramitadas por internet. Entre las primeras, además, hay personas que actúan como representantes de otras.

Como explica Manuel Calvo, portavoz de la recién constituida Asociación de Tiendas Agrarias de Galicia (Atiga) y propietario de un establecimiento en el municipio de Santa Comba, gente mayor que en muchos casos vive sola y con poco dominio de técnicas digitales delega en dueños de negocios el trámite del registro del gallinero. Mientras tanto, personas que han realizado la inscripción comentan que el trámite no les ocupó mucho tiempo, pero dudan de la eficacia real. Orsita Sierra, vecina de Abadín, lanza un pronóstico pesimista: «Creo que a xente vai deixar de ter galiñas», dice.

«Fálase de enfermidades, pero nunca tiven ningún problema», asegura Jesús Roca, vecino de Guitiriz. Ya dio de alta su gallinero, en el que tiene doce gallinas. La cría de aves es para él una actividad tradicional: desde su niñez estaba habituado a que en su casa hubiese aves, dejó de tenerlas y las recuperó hace poco. «Téñoas para pasar o tempo e para comer bos ovos», dice con algo de humor.

El trámite del alta del gallinero le ocupó solo unos minutos en la oficina rural de Guitiriz. Cree que la gente no dejará de cuidar sus corrales por el problema que suponga inscribirlos, ya que, dice, un gallinero de autoconsumo ofrece ventajas indudables: «Os ovos da casa saben mellor», afirma. Sus gallinas toman una mezcla de cereal (trigo, cebada, maíz) y nada de pienso, además de lo que encuentran cuando están al aire libre: «Andan por fóra, comén tamén algo de herba», explica este guitiricense.

«Crío as galiñas para ter ovos de confianza»

Orsita Sierra, de Abeledo (Abadín), también dio de alta su gallinero. Para ella, que acudió a la oficina de Vilalba, los trámites fueron más sencillos, ya que por su dedicación a la ganadería (tiene vacas) contaba ya con un código de identificación de su explotación. Se desplazó a la capital chairega hace días, pero aún espera que le den un número oficial, como explicaba este miércoles.

Como en otros muchos casos, su cría de gallinas es una cuestión de tradición y de costumbre, no de negocio. «Téñoas de sempre, para consumo propio. É algo de toda a vida, para ter ovos de confianza», dice. Ella sí les da a las aves un poco de pienso, aunque los cereales y un poco de hierba son la base de la alimentación. Las gallinas solían pasar casi todo el día al aire libre; «agora, non tanto, porque as come o raposo», explica

Esta vecina de Abadín, que también se dedica a la agricultura y es una habitual vendedora de la feria Expogrelo, duda un poco de la eficacia de estos registros. «Non sei para que será», opina. Reconoce que la gripe aviar puede suponer un problema, pero se queja de que a la población rural se le han dado pocas explicaciones. «Creo que moita xente deixará de ter galiñas», comenta. Ella, de todos modos, tramitó el alta de su gallinero porque es un trámite necesario para poder comprar nuevas aves.

Los dueños de tiendas piden claridad a la Xunta

La recién constituida Asociación de Tiendas Agrarias de Galicia (Atiga) reclama claridad sobre la situación que habrá de ahora en adelante. Aunque el gobierno está en funciones, espera que cuando se forme el nuevo ejecutivo haya una reunión. Manuel Calvo, portavoz de un colectivo al que ya se han adherido más de 200 negocios de toda Galicia, subraya que la entidad debe ser tenida en cuenta y escuchada por la Administración.

La asociación quiere saber si se llevarán a cabo inspecciones y qué se observará en ese caso, pero también considera necesario despejar sobre todo la sensación de incertidumbre que hay estos días. «Que se lle quite o medo á xente», agrega Calvo. El real decreto aprobado por el Ministerio de Agricultura, contra el que la Xunta presentó más de 40 alegaciones y vio que todas eran rechazadas, remite a la Ley de Bienestar Animal para posibles sanciones, y en esa norma se recogen multas de al menos 600 euros.