Victoria de líder para el Deportivo

Breogán Blanco

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

20 abr 2024 . Actualizado a las 21:20 h.

Un Depor dominador de la Liga de Primera Federación, visto el análisis estadístico publicado ayer, se presentaba ante su «bestia negra» de la primera vuelta. Aquel infausto partido, con el equipo blanquiazul superado por las transiciones del conjunto leonés, recordó el fantasma del mal inicio liguero. Imanol Idiakez avisó en la previa: «El fútbol es muy cabrón… de León salí con la lección aprendida». Dos recados que rebajaron el éxtasis semanal, buena fórmula.

Fiel a su continuismo Idiakez, con un esquema 1-4-4-2 con la entrada de Jaime en lugar de Ximo y Lucas por Yeremay. La duda parecía residir en si Mella ocuparía el perfil izquierdo o sería Hugo Rama el elegido y si el equipo echaría de menos al 10. Los visitantes avisaban en cada pérdida deportivista con transiciones que terminaban en centro lateral una vez superada la línea de cuatro deportivista. En ataque el cuadro de Imanol parecía incapaz de superar el posicionamiento medio-alto de la Cultural, quizá lastrado por la poca profundidad de sus laterales y la no presencia de David Mella en su perfil natural.

Bien es cierto que con la lesión del «renacido» Rama el técnico dio entrada a Davo continuando con el de Teo por la derecha. A pesar de todos los inconvenientes, el Dépor recuperaba hoy a uno de los jugadores más diferenciales de la categoría, y apareció desde 35 metros con un zapatazo de escándalo. Para ésto se fichó a O Neno. Para eso, y para filtrar dos pases clave a Mella y Davo con el fin de sentenciar el partido. Pero fue un inesperado Berto Cayarga el que facilitó al asturiano la sentencia cerca del final. Fiel a sus 0,79 goles recibidos por partido, el Deportivo se sostuvo aupado por la consistencia y solidez de su línea defensiva y un doble pivote capaz de repetir esfuerzos continuamente. Podríamos decir, en el cómputo global, que no fue el mejor partido del cuadro deportivista y que no supo imponer su presunta superioridad. Sin embargo, transmite una solidez digna de un líder y seguirá ahí, quién sabe si con más distancia, mañana. Para llamar a la calma y evitar pecar de soberbia, tal y como dice un buen amigo de Mesía, tierra natal de mis padres: «Hai que facerse o parvo». Así nos irá mejor. Uno menos.