«Cantamos Lady Gaga en la iglesia»

YES

MARCOS MÍGUEZ

PUEDE SER DE TODO menos un coro convencional. Su repertorio incluye desde el «Take On Me» de A-ha a Coldplay. Canten donde canten. Ya sea en bodas, en la calle o en misa. El Acorde Secreto, como se llama, va a dejar de serlo.

04 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya no se canta el Alabaré, alabaré en la iglesia, ahora se lleva más The final countdown. La música coral está cambiando y no hay vuelta atrás. En YES estamos preparados... ¿Y tú? Imagina que estás en misa y aparecen 40 personas vestidas de negro, todos con los mismos sombreros y cantando a todo trapo Lady Gaga. ¿Cómo te quedas? Pues esa misma cara es la que ponen todos aquellos que van a ver a Acorde Secreto, un coro que nació hace cuatro años en A Coruña y que no ha dejado de petarlo desde entonces. «Al pensar en un coro piensas en una iglesia, en una ópera, en cosas del siglo pasado, y yo creo que es el momento de cambiar eso», cuenta Daniel, el director de la formación. Asegura que es el momento de dejar atrás lo tradicional y ofrecer al público algo diferente, y ellos lo son un rato. Su propuesta es tan atractiva que incluso otros coros, como Concerto Tempo de Ferrol, se han animado a colaborar con ellosLo cierto es que las cosas están cambiando en misa. En los últimos años, otros coros han empezado a variar sus repertorios para adaptarlos a los nuevos tiempos y revitalizar así el panorama del canto. Y en esas está Dani, que no para de escuchar todo tipo de música y se esfuerza a diario para transformar las cosas. El portador de la batuta pasó de dirigir a niños y otros grupos que cantaban en la iglesia a formar su propia agrupación con un toque mucho más personal. Convocó unas audiciones en el 2014 a las que asistieron 25 personas y finalmente cumplió el sueño de tener su propio coro. Desde ese día le acompañan Fernando, Quique y Ana. Elena ha sido la última en llegar, pero han pasado muchas otras personas desde su fundación. «Más de 100 seguro», dice Fernando, secretario de la asociación. Y es que aquí no hay límites para cantar, su lema es que cuantos más, mejor. Actualmente son 42 personas, entre los que hay psicólogos, técnicos de televisión, profesores de universidad, comerciales... «Cada uno tiene su profesión, por lo que no siempre nos podemos juntar todos», cuenta Fernando.

Y aparte de las profesiones más variopintas, también cambian sus primaveras. «La edad de los integrantes del grupo va desde los 18 hasta los 60 años, pero nos da igual, estamos todos mezclados», afirma Cheda. Tampoco sus otras aficiones tienen que ver con la música: Ana hace parkour, Linda toca el ukelele, Nieves baila swing y Amelia pinta. Pero todos están unidos por «este acorde». «Es algo muy bonito, compartimos la responsabilidad, sabes que si en algún momento desafinas, te equivocas o te pierdes, tu compañero te va a ayudar», cuenta Ana.

Siempre ganan todos, sus voces se entrelazan unas con otras y el director va guiando a sus coristas para que sepan el momento exacto en el que le toca cantar a cada fila. Sopranos, mezzosopranos, contraltos, tenores, barítonos y bajos haciendo de una canción todo un espectáculo digno de ver. Aquí se ayudan tanto que a Linda, ubicada en la segunda fila, le pegaron un papel en la espalda con la letra porque los de la tercera fila no se acordaban de la canción. «Noté algo en la espalda, y es que ¡me habían pegado una chuleta!», dice riéndose.

PASIÓN POR «SISTER ACT»

Empiezan el ensayo vibrando los labios y entonando todos a la vez la palabra «Brioo, brioo» para calentar la voz. Coldplay, Nirvana, Europe y Radiohead están dentro de su amplio repertorio. Aunque lo que más les gusta es cantar temazos de Sister Act. «Es apasionante representar en un coro la música afroamericana», apunta Dani, que es el que suele elegir los temas que cantan a pesar de que recibe propuestas. «Hay veces que vamos y le decimos: ‘¡Oye Dani, he encontrado un tema muy chulo!’. Pero no nos suele hacer caso», cuentan los coristas. Él asegura que las estudia, que las mira y remira. Aunque mientras lo dice se escucha un «Nooo» por detrás. «Es que tengo que creérmelo mucho, si no, no lo defendería igual después», afirma Dani, que acto seguido dice: «Vamos a hacer un Take On Me, que me apetece a mí».

Otro de sus hits es Hallelujah, que tiene mucha relación con el nombre del grupo. La primera frase de la canción de Leonard Cohen dice: «He escuchado que hay un acorde secreto...», por lo que ahí se quedó esta letra, como si fuera una especie de himno para esta familia. Aunque canten este tipo de música, la que escuchan ellos es muy diferente. Dani es de Bach y Ana más de Mastodon, un grupo de rock psicodélico experimental. Los gustos de cada uno aquí dan igual, lo importante es la unión que se crea a la hora de cantar. «Creo que aunque alguien no tenga experiencia, si tiene cierto oído, un poco de voz para cantar e interés, que es lo más importante, es bienvenidísimo aquí», dice el director. Por si alguien se anima, ensayan todos los viernes de 20 a 22 horas en RockSchool en A Coruña, y seguro que no hay mejor forma de acabar la semana, que dando el cante.