Esta diseñadora fabrica joyas con impresoras 3D

ALEJANDRA CEBALLOS

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«No digo que sean 100 % sostenible porque es imposible, pero todo lo hago con la mayor conciencia», asegura esta asturiana, que vive en Ourense

10 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hace algunos años alguien le hubiera dicho a Raquel Suárez Pérez que iba a tener su propia empresa, ella lo hubiera desmentido. Sin embargo, su curiosidad y la convicción de no conformarse con lo que había la llevaron a lanzarse a la aventura de pasar de trabajar en una empresa de moda a crear su propia firma de bisutería: Suagongo.

Estudió Diseño y Patronaje, luego Diseño de Moda en el Saint Martins School de Londres y, al graduarse, una firma de moda gallega la contrató para que trabajara en el departamento de joyas y bisutería. Sin embargo, los procesos en el negocio de la moda rápida fueron peores de lo que ella esperaba. «Sales de la carrera y, por mucho que te cuenten, no sabes lo que es la industria hasta que estás allí, en China. Hay una sobreproducción impresionante; un montón de muestras y de residuos desmedidos. Sentía que todo era chatarra», narra desilusionada.

Conocer la industria en primera persona fue el comienzo de la inquietud que llevaría a Raquel a crear su propia marca. «La pregunta de cómo hacer las cosas de manera más sostenible fue el inicio de Suagongo. Me parecía que se podía conseguir el mismo resultado, o incluso hacer una apuesta diferente, innovadora y de cercanía», reflexiona. 

UN ANILLO EN 30 MINUTOS

Empezó a investigar sobre las impresoras 3D, que inicialmente serían la posibilidad de tener prototipos en poco tiempo. «En mi anterior trabajo, las muestras tardaban entre dos o tres semanas en estar listas, porque se hacían en China. En cambio, aquí, a lo mejor tienes un anillo en 30 o 45 minutos», explica Raquel. Pronto, descubrió que este proceso podría ser la solución, no solo para hacer prototipos, sino también para crear los productos en sí mismos.

Comenzó a trabajar con ácido poliláctico (PLA) a base de fécula de maíz, así como con residuos de los posos del café y las cáscaras de vieiras. Ya no solo ahorraba en términos de transporte, producción y tiempo, sino que se aseguraba de que sus productos fueran degradables. «No digo que soy 100 % sostenible, porque eso es imposible, pero sí que lo que está en mis manos y puedo abarcar, está hecho con la mayor conciencia posible», afirma. Tienen embalajes de cartón, producciones limitadas y generan muy pocos residuos. 

EMPRENDER

Hoy, se dedica a lo que ama y alinea su empresa con su conciencia ambiental, aunque confiesa que emprender «no ha sido aterrador, sino lo siguiente». «Es necesario que haya dedicación de tiempo, además de mucha inversión», apunta. Sin embargo, su marca ha sido elegida por diferentes estilistas, también por Clara McGregor (hija de Obi-Wan Kenobi) para asistir a una alfombra roja y no deja de recibir comentarios positivos de los clientes. «Que alguien fuera de tu equipo te valore y te diga que lo estás haciendo bien, es lo máximo. Por eso, aunque cueste, merece la pena», dice satisfecha.