Diana Cubero, jefa de talento de Kiabi: «En una entrevista de trabajo nos movemos más por la actitud de la persona que por la experiencia»

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Es responsable en una empresa distinguida entre los Best Workplaces 2024, y explica cómo llegar a ser un buen jefe... y, lo que es aún más difícil, que tus empleados vayan contentos a trabajar y estén motivados

13 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Jefes y jefas del país, tomen nota. No es una quimera ni está todo perdido. Existen los empleados que van contentos y motivados a trabajar. ¿Cómo conseguirlo? Sobre esto precisamente hablará mañana, en el festival No Solo Coaching de Santiago, la jefa de Talento de Kiabi España, empresa distinguida entre los Best Workplaces 2024. Diana Cubero Torrijos (Madrid, 1982) adelanta alguna de las claves para lograrlo en esta entrevista, aunque han de saber de antemano que tendrán deberes fuera de la oficina si deciden seguir sus consejos, porque no hay un buen equipo sin un buen líder... y «no puedes serlo si antes no has trabajado en tu propio desarrollo personal», advierte ella.

 —Empecemos por el principio. ¿Qué diferencia hay entre un reclutador de personal al uso y un «head of talent» de una empresa, como en tu caso?

—Dentro de mi puesto llevo varias áreas: la parte de selección, formación y desarrollo, todo lo relativo a carreras y movilidad, comunicación interna y experiencia del empleado. Básicamente, supone trabajar desde una visión global el talento de la empresa, tanto a nivel externo con la captación de nuevos talentos como a nivel interno, con el desarrollo del talento de nuestros empleados.

 —Los nervios y la presión por meter un sueldo en casa pueden jugar malas pasadas en una entrevista de trabajo. ¿Es habitual lidiar con el sentimiento de culpa por no haber visto el talento en alguien que no lo supo demostrar?

—Nosotros nos movemos más por la actitud que tenga una persona en una entrevista que por la experiencia que pueda demostrar. De hecho, no contratamos por currículos, sino por las cualidades que veamos durante nuestros procesos de selección, que están ya orientados a hacia eso. Por ejemplo, para nosotros es muy importante el fit cultural de la persona y que esté alineada con los valores de la empresa. Kiabi es una empresa francesa muy familiar y buscamos valores como la generosidad, la exigencia, la orientación al cliente o la iniciativa emprendedora.

 —¿Cuál dirías que es la cualidad que en general la gente subestima y para un head talent es muy importante?

—Diría que la empatía para nosotros es la cualidad principal, en cuanto que permite entender lo que quiere la persona que tengo delante, ya sea un cliente o un compañero de equipo. Y, en segundo lugar, la generosidad, ya que es fundamental para poder trabajar con otras personas y llegar a un objetivo común.

 —Kiabi España mejora cada año en el ránking de mejores empresas para trabajar en España en la categoría de más de 1.000 empleados, y ya está en el octavo puesto. La pregunta del millón... ¿qué hay que hacer para que las personas vayan a trabajar con una sonrisa?

—[Se ríe] Nosotros, desde hace aproximadamente 6 años [ella va a cumplir 7 en el puesto de head of talent], trabajamos un concepto que se llama experiencia de empleado. Lo que hacemos es preguntarle directamente a nuestros equipos qué necesitan de nosotros como empresa y cómo podemos hacerlo. De una manera muy continua durante estos 6 años, a través de acciones muy concretas, hemos conseguido que mejore la satisfacción de nuestros empleados y que vivan su experiencia dentro de Kiabi de la mejor manera posible. Aunque, en realidad, son ellos los que nos dan las claves y nos dicen: «Mira, en este momento vital necesito esto o lo otro». Al final, personalizar la experiencia por medio de una propuesta de valor individualizada hace que nuestros equipos estén contentos.

 —¿Se trata entonces de saber escuchar?

—El mérito es de nuestros empleados, que nos dicen qué camino seguir. Y sí, se trata también de escuchar y de tener esa voluntad de oír qué tienen que decir, de poner en el centro de todo al trabajador. Hay que escuchar, actuar en consecuencia y volver a escuchar para comprobar si están funcionando los planes de acción puestos en marcha.

 —Se habla mucho del buen líder y cómo serlo, ¿pero qué delata realmente a un mal líder?

—Buena pregunta. Son aquellas personas que no ponen en el centro a sus equipos. O sea, personas individualistas que son más jefes que líderes a la hora de mandar y que se orientan solamente por el resultado, sin tener en cuenta a las personas que los rodean. No puedes ser un buen líder hoy sin escuchar a tus trabajadores.

 —¿Y hay esperanzas para su reinserción como buen líder, o mejor darlos por casos perdidos y buscar sustituto?

—Sí, es posible reconducir ese camino para que aprenda a comunicarse y a liderar. De hecho, surgimos dentro de las empresas figuras que desempeñamos ese papel, para trabajar y proporcionar las herramientas adecuadas a aquellas personas que en ese momento no tienen la capacidad y habilidades para liderar.

 —¿Cuál crees que es el reto para tener trabajadores más motivados en España?

—Yo te diría que las nuevas generaciones vienen pisando fuerte, no en el mal sentido, sino porque tienen otras inquietudes. En general, hay otras necesidades mucho más relacionadas con su tiempo libre, como viajar o socializar. Creo que ahora mismo, y, sobre todo, en el sector retail y la moda, el gran reto que tenemos por delante es la conciliación. Hablamos de que cada vez hay unos horarios de apertura más amplios, más días de trabajo de cara al público... y, en un trabajo presencial como en el de un vendedor, esto resiente.

 —El sector también ha cambiado mucho en los últimos años, empezando por el propio concepto de la moda «low cost». Kiabi defiende una moda asequible para todo el mundo, ¿pero cuesta combatir el prejuicio de que la prenda barata es necesariamente de mala calidad?

—Nuestro propósito como empresa es facilitar la moda a todas las familias y democratizarla, pero con soluciones sostenibles. Desde hace unos años, como bien dices, hay un sector de la moda un poco denostado en relación con los precios bajos. Sin embargo, Kiabi trabaja cada vez más en la línea de la sostenibilidad, para tener tejidos que sean de calidad y duraderos en el tiempo, que puedan ser pasados de generación en generación, como nuestros bodis infantiles o peleles en el caso de la moda infantil. Para nosotros es algo prioritario y hemos sido pioneros en fundar una asociación, que es el Scrap del textil en España, junto con otras marcas del sector preocupadas por esta cuestión. Es importante también que todo este esfuerzo llegue al público final y sepa que se pueden ofrecer buenos precios sin rebajar calidades. De hecho, el nuestro no es un producto de tendencia como tal, pensado desde la idea del consumo por el consumo, sino que responde a la filosofía de la moda sostenible y los básicos.

 —Hay una cosa que a mí, personalmente, me llama la atención y es que, incluso antes de que empezaran los gigantes del sector textil a hacerlo, Kiabi ya tenía tallas extragrandes y extrapequeñas. ¿Tenéis la sensación de que ahora todos quieren una parte de este pastel?

—Efectivamente, cada vez hay más competencia en este mercado. Yo creo que viene más por las necesidades de la sociedad, porque lo que demanda es que haya ropa para todas las morfologías y tipos de cuerpo. Y no solo se trata de encontrar prendas de su talla, que se puedan poner una camiseta sin más, sino que también tengan la posibilidad de ir a la moda y seguir las últimas tendencias. Es verdad que nosotros fuimos bastante pioneros en este sentido y que cada vez se incorporan más marcas, pero me parece algo positivo, porque así los compradores tienen a su alcance más alternativas.

 —Kiabi trabaja con modelos de tallas grandes o «influencers» que llevan años peleando por los cuerpos no normativos, desde Laura Yanes a María Rodríguez, pero todos hemos visto en alguna ocasión a un vendedor lanzando comentarios gordófobos o flacófobos. ¿Qué se hace cuando el «bodyshaming» está dentro de tu propia casa?

—Afortunadamente, no es nuestro caso y te digo el porqué. Dentro de las encuestas que hacemos a nuestros empleados a nivel de Greatest to Work, una de las preguntas es si ellos sienten que existen comentarios ofensivos en el lugar de trabajo y no solamente a nivel físico, sino también ideológico, de género, religión, etcétera. Pues el 100 % contestó que no hay ningún tipo de hostilidad. Para nosotros otra garantía también es crear equipos que sean diversos en todos los sentidos, en cuanto a las morfologías y en otros aspectos, por lo que nuestros empleados están completamente predispuestos a atender a cualquier tipo de persona. Vamos, que la diversidad no está únicamente en la sociedad, nos preocupamos de que la haya también dentro de casa.

 —¿Y tiene importancia la imagen de un vendedor? ¿Hay mínimos exigibles?

—Pienso que lo importante es que cada uno sea como quiera e incluso vista como quiera. Nosotros, en este sentido, tenemos un cheque de empresa para que los vendedores puedan elegir entre nuestra ropa de temporada lo que se quieren poner, de manera totalmente libre. En la diferencia está la belleza.