Israel ignora las presiones de EE.UU. e intensifica su ofensiva sobre el sur de la Franja

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Un niña espera a ser atendida de sus heridas en el hospital Nasser, en Jan Yunis.
Un niña espera a ser atendida de sus heridas en el hospital Nasser, en Jan Yunis. IBRAHEEM ABU MUSTAFA | REUTERS

Irrumpen las primeras tropas terrestres en la zona sur, cuando ya son más de 15.000 los muertos en esta guerra

04 dic 2023 . Actualizado a las 08:56 h.

La presión del Gobierno de Estados Unidos para limitar las víctimas civiles en la Franja de Gaza no parece hacer mella en Israel a medida que intensifica los bombardeos por tierra, mar y aire sobre el sur del enclave, donde se refugian 1,8 millones de gazatíes desplazados de sus hogares, el 75 % de la población total.

El Ejercito israelí está repitiendo en el sur la estrategia empleada en las primeras semanas de guerra en la zona norte. En medio de un aluvión de misiles, este domingo se produjo la primera incursión de tropas y tanques en el sur, concretamente en el norte de la ciudad de Jan Yunis, como anticipo de una invasión terrestre a gran escala. Un portavoz de Hamás denunció en la cadena Al Yazira la muerte de 700 civiles en tan solo 24 horas. Cifra que el Ministerio de Salud gazatí, según recoge el diario Haaretz, rebajó a 316, lo que eleva a 15.500 las víctimas mortales de la guerra.  

«Derrota estratégica»

Tras el fin de siete días de tregua, la Administración Biden ha dejado claro al Gobierno de Benjamin Netanyahu que debe evitar que la ofensiva sobre el sur tenga las mismas consecuencias devastadoras que la lanzada en el norte. «La guerra urbana solo se puede ganar protegiendo a los civiles», afirmó el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, después de advertir a Israel que podría sufrir una «derrota estratégica» si persiste en su plan. Así, señaló que la población civil es «el centro de gravedad» en este tipo de conflictos y, «si los echas en brazos del enemigo, sustituyes una victoria táctica por una derrota estratégica».

«He presionado personalmente a los líderes israelíes para que eviten las víctimas civiles, para que eviten la retórica irresponsable, y para que eviten la violencia de los colonos en Cisjordania», dijo Austin en una intervención a última hora del sábado ante el Foro de Defensa Nacional Reagan, en California.

Horas antes desde Dubái, la vicepresidenta Kamala Harris había instado a Israel a «hacer más» para proteger a los gazatíes y a respetar «el derecho internacional humanitario». «Israel tiene derecho a defenderse. Pero también debemos tener en cuenta que demasiados civiles palestinos, personas inocentes, han perdido la vida», manifestó Harris en una rueda de prensa tras participar en la Cumbre del Clima.

No es el único punto de fricción entre ambos países. El otro es cuál debe ser el futuro de la Franja cuando acabe la guerra. En una de las declaraciones más claras de la Casa Blanca sobre cómo es su plan para el día después, Harris enunció la reconstrucción, la seguridad y la gobernanza. En cuanto a este último punto Washington defiende que el enclave quede en manos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que ahora solo gobierna en partes limitadas de Cisjordania ocupada. La vicepresidencia también se mostró en contra de la reubicación forzada de gazatíes y de la modificación de las fronteras. Las declaraciones de Harris se produjeron después de reunirse el sábado en Dubái con los líderes de Emiratos Árabes, Egipto, Jordania, y tras una llamada telefónica al emir de Catar.

Benjamín Netanyahu ya ha dejado claro que no permitirá que el Gobierno de Mahmud Abás controle el enclave. «No cometeré el error de permitir que la ANP gobierne en Gaza, va a ser lo mismo» que Hamás, dijo en una rueda de prensa televisada la noche del sábado.

El Ejército israelí ofreció ayer un balance de la guerra: 10.000 ataques aéreos sobre la Franja y 800 túneles destruidos. Mientras, sus fuerzas respondían a la caída sobre su territorio de cohetes lanzados desde Gaza, y también desde el Líbano y Siria.

Los civiles permanecen atrapados en una cuarta parte de Gaza 

Mikel Ayestaran estambul /Colpisa

«Queridos residentes de Gaza, obedecer las instrucciones de evacuación es la forma más segura de preservar su seguridad, sus vidas y las vidas de sus familias», escribió el Ejército de Israel en cuentas en árabe en Facebook y X a las que subió un mapa con cada vez más zonas declaradas inseguras. En unas pocas horas, los 19 lugares considerados peligrosos aumentaron a 34, lo que disparó la incertidumbre entre unos civiles aterrorizados que no saben a dónde ir y que se hacinan en una cuarta parte de Gaza sin comida, agua, ni servicios médicos.

El terror lo comparten las organizaciones internacionales como Medical Aid for Palestinians, cuya directora, Melanie Ward, compartió en su perfil de X que «el miedo, el pánico y la confusión que causan estos mapas a los civiles en Gaza, incluido mi propio personal. La gente no puede correr de un lugar a otro para intentar escapar de las bombas de Israel». 

Hablar con fuego

Las familias de los israelíes que permanecen cautivos en Gaza esperan a sus seres queridos, pero saben que se han roto las negociaciones entre Israel y Hamás. Netanyahu fue claro sobre estas negociaciones y dijo que «ahora hablamos con fuego». El primer ministro señaló que «nuestro compromiso es tanto con el sur como con el norte de Gaza. Nuestra decisión calculada fue una disuasión proactiva en el norte y derrotar a Hamás en el sur; de lo contrario, es posible que no hubiésemos logrado ninguna de las dos cosas. No renunciamos a nada».

Las armas hablan y se ha cerrado la puerta a nuevos intercambios de presos y rehenes. El sábado noche Jerusalén y Tel Aviv vivieron movilizaciones en las que tomaron parte las familias de los cautivos y exigieron una reunión con el gabinete de guerra que lidera Netanyahu. Gideon Levy, periodista del diario Haaretz, fue rotundo en su columna de opinión y lamentó que «Israel ha dado la espalda a sus rehenes a cambio de destrozar Gaza».

La Franja, cada día más castigada, vuelve a la situación anterior a la tregua, la ayuda entra con cuentagotas por el paso de Rafah y solo pueden salir palestinos con doble nacionalidad y algunos heridos.